Cómo vivir de la vivienda en la jubilación

El importe medio de las pensiones en España está por debajo de los 1.000€. En consecuencia, encontrar fuentes de dinero adicionales se convierte en más que necesario para algunos pensionistas. Vivir de la vivienda en la jubilación es una opción a contemplar.

Cómo vivir de la vivienda en la jubilación

Cómo completar la pensión con una vivienda

Si a ti, a tus padres o a tus abuelos no os salen las cuentas con la pensión de jubilación, es oportuno encontrar alternativas creativas.

Cuando se tiene la propiedad de una vivienda, esta se convierte en una baza estratégica que puedes aprovechar para solucionar el problema. Por supuesto, si se posee más de una, las posibilidades de rendimiento económico aumentan.

Vamos a repasar todas las opciones disponibles para obtener un dinero extra y completar con él la paga por jubilación. Cada vez más pensionistas están escogiendo estos sistemas para resolver sus problemas y vivir con la holgura merecida tras tantos años de trabajo.

Alquiler o venta de inmuebles

Hay personas que al jubilarse cuentan con uno o más inmuebles, además de su vivienda común, porque las circunstancias económicas se lo han permitido. En estos casos, el plan de acción es claro: monetizar alguna o todas esas propiedades mediante su venta o alquiler.

Es una solución convencional y evidente. Si obtienes un dinero extra cada mes por los alquileres o una partida importante al acordar una venta inmobiliaria, solo tienes que administrarlo bien para vivir mejor.

Lamentablemente, no es una situación habitual. Con suerte, los jubilados son propietarios del inmueble donde viven. ¿Qué opciones les quedan?

Alquiler de habitaciones

Es una posibilidad interesante. La principal dificultad es encontrar al inquilino perfecto con el que convivir.

Actualmente, se está impulsando una fórmula muy interesante procedente de Suecia. Consiste en unir bajo un mismo techo a ancianos solitarios con jóvenes que intentan independizarse y no pueden acceder a una primera vivienda.

Estos inquilinos, normalmente estudiantes o empleados en primeros trabajos, contribuyen con una aportación económica mensual o participan en los gastos del día a día. Además, hay un componente social y emocional adicional: los jubilados se encuentran acompañados y en contacto con la juventud. A menudo, les alegra los últimos años de vida.

Vender con alquiler

Es otra opción interesante. El pensionista se deshace de su casa a cambio de una remuneración económica, pero se garantiza el derecho a convertirse en arrendado. Así, a cambio de una cuota mensual previamente acordada, puede seguir en su casa tras ingresar el dinero de la transacción.

Normalmente, este sistema incluye un procedimiento por el que se crea una bolsa de arrendamiento: en vez de recibir el pago completo de la venta, se asigna una parte a los pagos mensuales de arrendamiento. Si el titular vive más del cálculo inicialmente realizado y se agota esa bolsa, no tendrá que pagar más.

Vender la nuda propiedad

Consiste en mantener el usufructo de la vivienda de por vida, pero vendiendo su propiedad real. Es decir, quien opta por esta alternativa mantiene el uso y disfrute del inmueble hasta su muerte. A cambio, recibe un dinero y el compromiso de seguir en él mientras lo necesite.

Llegado el caso, el usufructuario puede alquilar su vivienda (o una parte de ella) e incluso vender su usufructo a otra persona.

Como ves, vivir de la vivienda en la jubilación es posible. Aunque sería más exacto decir que permite completar la pensión con la vivienda. Desde luego, tener una propiedad alivia enormemente las dificultades. De cara a tu futuro, ¿te animas a informarte sobre los criterios para conceder una hipoteca?