La digitalización nos permite avanzar en nuestro día a día. Para aprovechar todas las oportunidades que nos brindan internet y las nuevas tecnologías de forma segura, debemos ser cautos, tomar medidas preventivas y ayudar a los más jóvenes a hacerlo. Enseñar a tus hijos a protegerse de los fraudes online también es parte de su educación financiera. ¿Te acompañamos?
¿Te has parado a pensar cuánto ha cambiado tu día a día gracias a la digitalización? Puedes comunicarte o hacer gestiones en cualquier momento y lugar. Pero, como en tantos otros ámbitos de la vida, esta moneda también tiene una cara negativa: la proliferación de los fraudes online. Sin embargo, no por ello vas a renunciar a todo lo positivo que conllevan las nuevas tecnologías, ¿no?
Las estafas siempre han existido y, a medida que se extienden los avances tecnológicos, crece también el ingenio de los ciberdelincuentes a la caza de dinero y de datos. Todos somos susceptibles de caer. También tú o tus hijos. Por ello, es imprescindible permanecer alerta y tomar medidas preventivas para protegeros.
Según el último informe disponible sobre cibercriminalidad del Ministerio del Interior, la evolución de los fraudes online en relación con el conjunto de delitos ha ido en constante aumento: del 9,9% en 2019 se pasó al 15,6% dos años después y al 19,2% en 2023. Los principales son fraudes informáticos, amenazas y coacciones y falsificación informática.
Uno de los colectivos más sensibles a la ciberdelincuencia es el de los jóvenes: hasta un 60% de españoles entre 25 y 34 años han sido objeto de una estafa digital o de un intento. La presencia de la tecnología en su día a día hace más probable que caigan en este tipo de situaciones.
Si no se ponen medidas, esta situación podría continuar para los Alfa, es decir, los nacidos a partir de 2010, la primera generación nativa digital. No pueden concebir un mundo sin internet y su dominio de las nuevas tecnologías es muy alto desde edades tempranas, pero son también uno de los colectivos más vulnerables.
Es imprescindible educar a los adolescentes cuanto antes en la prevención, especialmente cuando se enfrentan a sus primeras necesidades financieras y tienen que empezar a gestionar su dinero. Poder usar su propia tarjeta o hacer Bizum debería darles autonomía, no problemas.
Según una encuesta de la CECA, los jóvenes de entre 18 y 29 años tienen una menor percepción del riesgo de la ciberdelincuencia y consideran que es mucho menos probable que les pase a ellos. Y, sin embargo, son los que más creen que el banco les pedirá datos por canales no oficiales, como Whatsapp, SMS o correo electrónico.
Es necesario prepararles y fomentar la educación financiera en niños y adolescentes para minimizar riesgos.
¿Qué medidas preventivas puedes enseñar a tus hijos? Entre otras, desconfiar de mensajes sospechosos y pensar dos veces antes de dar un paso sin marcha atrás, pedirles que se informen con adultos ante la más mínima duda y que no tomen decisiones precipitadas, especialmente cuando desde esas comunicaciones se les pide hacer una acción con urgencia, como pinchar en un enlace, compartir datos o descargar un archivo.
Nadie debería compartir con terceros datos o documentos como el DNI o el número de cuenta, ya que los ciberdelincuentes pueden utilizarlos para suplantar la identidad. Es importante insistir a los adolescentes que ya tienen móvil que no compartan ningún dato, como su número de teléfono, su dirección, la clave de acceso del banco o el pin de la tarjeta. Tampoco deberían compartir fotos personales con desconocidos. Además, tendrían que vigilar quiénes son sus contactos en redes sociales.
Si comparten datos, los menores se arriesgan a sufrir algunos de los fraudes más comunes dirigidos a adolescentes y jóvenes.
Como todos los usuarios de móviles, los jóvenes y adolescentes también deben estar atentos ante los intentos de phishing, ya que les pueden solicitar datos a través de mensajes que reciban vía correo electrónico, SMS, redes sociales, aplicaciones de mensajería o en los chats de los videojuegos, entre otros canales.
Este fraude puede darse en entornos de confianza, como Whatsapp, donde el ciberdelincuente puede hacerse pasar por una persona de su entorno.
Otro tipo de fraude en el que podrían caer es la estafa Bizum cuando esperan un pago, pero lo que reciben es una solicitud de dinero. Recuérdales que es imprescindible leer bien cualquier notificación antes de aceptarla.
Ocupan gran parte del tiempo de los adolescentes y, por tanto, tienen altas probabilidades de encontrar anuncios llamativos que captan su atención o descuentos atractivos que llevan a ciberestafas.
En las redes sociales proliferan los sorteos falsos. Es importante verificar si la publicación procede o no de una cuenta oficial.
También deben extremar las precauciones ante falsas ofertas de empleo, sencillas y atractivas, que pueden recibir por Whatsapp, Telegram, redes sociales o a través de una llamada. Normalmente el trabajo consiste simplemente en dar likes a vídeos en TikTok, Facebook, Instagram o YouTube. Los estafadores suelen abonar las primeras tareas, ganándose así la confianza de sus víctimas. En ocasiones, para conseguir el empleo, los jóvenes deben pagar previamente una cantidad de dinero que supuestamente se les devolverá cuando hayan realizado el trabajo. Una vez que han caído, se les pide que “inviertan” cantidades cada vez mayores con la promesa de que cobrarán más, pero los ciberdelincuentes interrumpen las comunicaciones en cuanto reciben ese dinero y ya no lo devuelven.
Las aplicaciones de juegos más conocidas, como Brawl Stars, Minecraft y otros títulos muy populares, pueden ser una vía de entrada de fraudes, como el robo de las propias cuentas o ciberchantajes. Los menores deben tener especial cuidado con promesas de trucos, premios o subidas de nivel.
Pero esto no quiere decir que no puedan jugar o comunicarse con sus amigos. Solo que sean conscientes de la existencia de este tipo de prácticas, que desconfíen y extremen las precauciones y que, en caso de cualquier duda, consulten con un adulto.
Solo las páginas y aplicaciones oficiales son canales seguros para realizar compras online. En el caso de las páginas de compraventa de segunda mano entre usuarios, como Wallapop o Vinted, es especialmente importante utilizar los canales de pago habilitados por la propia plataforma. Puedes advertir a tus hijos de que, si un usuario les propone utilizar otra forma de pago con la excusa de fijar un precio menor, podría tratarse de una estafa. Este tipo de prácticas también es habitual en la reventa de entradas.
Déjales claro a tus hijos que el ciberfraude es algo común, independientemente de la edad, sexo o condición social de la víctima. Tan importante es no caer como contarlo si lo hacen para que el problema no vaya a más y se puedan tomar medidas a tiempo.
Si tus hijos son víctimas de un fraude online, es necesario poner una denuncia ante las autoridades y reportar el caso ante su banco.
También podéis llamar al 017, la línea de ayuda en ciberseguridad de INCIBE (Instituto Nacional de Ciberseguridad) en caso de duda o sospecha.
Enseñar a tus hijos a evitar los fraudes online forma parte de su educación financiera. La información, la prevención y la confianza son claves. Y, en caso de duda, siempre hay que pedir ayuda.