Adquirir una vivienda siempre ha sido una gran inversión económica y de vida. Por ello, hoy en día existen numerosas alternativas para llevarlo a cabo, entre las que destacan algunas que sorprenden por permitir adquirir la vivienda a un precio más asequibles. En este artículo te mostramos qué es una cooperativa de viviendas y por qué puede ser una buena oportunidad.
Básicamente, se trata de una asociación sin ánimo de lucro de personas físicas con un mismo objetivo común: ser propietarios de una vivienda con un precio inferior al de mercado. Durante las últimas décadas se ha convertido en una modalidad de adquisición frecuente en nuestro país, porque puede funcionar como forma de adquirir una casa a un precio algo más bajo comparado con otro tipo de modelos de promoción inmobiliaria.
Los cooperativistas son a la vez promotores de las viviendas y propietarios de las mismas y toman todas las decisiones que afectan a la promoción. Lo habitual y recomendable es constituir una gestora que es la que se encarga de realizar todas las gestiones y trámites del proceso. Es importante que esa gestora tenga una experiencia dilatada y demostrada, pudiendo medirlo por el número de cooperativas que han gestionado o el número de viviendas terminadas. El proceso que vive la cooperativa se puede dividir en tres fases:
Se trata de comprar un terreno urbanizable a un precio competitivo. Una vez comprado, es posible empezar a construir sobre este gracias a las aportaciones económicas que van realizando los socios cooperativistas. De esta manera se elimina el beneficio del promotor en una acción que influye decisivamente en el precio final de la vivienda.
Cuando se ha registrado la propiedad, hay que comenzar a actuar sobre el terreno. Lo primero es delimitar dónde se edificará la casa de cada socio o configurar el edificio en el que se ubicarán los pisos de cada uno. De todas maneras, lo habitual es que esta decisión se tome con anterioridad a la compra.
Lo último que queda, una vez que se cuente con el proyecto y con las licencias y autorizaciones oportunas, es edificar las distintas viviendas (o el edificio, si es el caso). Para ello, se firma un contrato con una constructora y todos los socios realizan las contribuciones económicas comúnmente decididas para poder financiar la promoción. Al final del proceso, el beneficio económico es patente en términos de ahorro.
¿Has pensado en adquirir una casa? En ese caso, esta es una opción que deberías contemplar. Te contamos cuáles son sus ventajas.
Los cooperativistas deciden los materiales de la construcción y participan en todas las decisiones relevantes del proceso constructivo, pudiendo adaptar el diseño y los materiales a los gustos y necesidades de los cooperativistas frente a otro tipo de promociones en los que la capacidad de decisión en estos aspectos es casi nula.
Puedes entrar libremente en una cooperativa si cumples las condiciones (después las veremos). Con el paso del tiempo, tu situación o tus intereses pueden cambiar. Afortunadamente, siempre puedes darte de baja en los términos que establezcan los estatutos de la cooperativa.
La cooperativa se rige, además de por la legislación, por sus estatutos y esto es un punto fundamental porque son los cooperativistas los que los acuerdan y establecen su régimen de funcionamiento.
La principal ventaja de las cooperativas está relacionada, como no podía ser de otra forma, con el ahorro. Pero ¿de qué porcentajes estamos hablando? Cifras del sector estiman que el ahorro puede oscilar entre el 15 y el 20% respecto a la compra individual. Esto se debe a que desaparece el beneficio destinado al promotor.
Las cooperativas están exentas del Impuesto de Actos Jurídicos Documentados en la constitución, ampliación de capital, fusión, escisión y cancelación de préstamos, lo que supone también un ahorro.
Anteriormente hacíamos referencia a la existencia de unas condiciones mínimas de ingresos. Básicamente, se trata de tres líneas que se deben cumplir para que el proceso de adhesión sea exitoso. Además, te aseguran que te vas a poder mantener y, a los demás miembros, les garantizan que les aportarás un capital adecuado:
En resumen, solo es necesario que puedas demostrar solvencia y capacidad de pago para formar parte de este tipo de asociación cooperativa. Claro está, por otro lado, que, aunque estas son las más comunes, cada una tendrá sus propias normas que deberás consultar y conocer antes de solicitar formar parte de ella. A pesar de todo, es una oportunidad que está ganando cada vez más adeptos.
Después de haber visto qué es una cooperativa de viviendas y por qué es una excelente opción para tener una vivienda, solo queda mirar al futuro. Sin duda, pueden ser un buen camino para sumarse a la recuperación económica pospandemia. ¡Anímate a comprar una vivienda!