“Piensa, sueña, cree y atrévete”. Esta cita de Walt Disney, el creador de la mayor fábrica de ilusión de todos los tiempos, puede servirte de guía si estás pensando en comprar tu casa.
Pensar te permitirá valorar tus necesidades, hacer números y tomar la decisión correcta. Soñar te llevará a explorar nuevas posibilidades. Creer solo será posible si demuestras que puedes hacerlo. Atreverte será el paso definitivo y, antes de darlo, te enfrentarás a unos cuantos disuasores. ¿Y si se queda pequeña?, ¿Y si cambias de ciudad?, ¿Serán demasiados años?, ¿No será mejor alquilar?, ¿Demasiado lejos del trabajo?... son muchas preguntas a las que tendrás que responder. Hazlo con argumentos y, sobre todo, con ilusión.
En España un 22,9% de la población vive de alquiler, según los últimos datos de Eurostat, que son de 2017 e incluyen a quienes declaran vivir en casas prestadas (sin contar a este segmento, la estadística baja al 16,9%). El porcentaje contrasta con los de Alemania (48,6%) y Austria (45%), líderes continentales.
El alquiler de una vivienda en España se come en torno al 37% de los ingresos netos de un inquilino cuando el límite aconsejado es que no sobrepase el 35%, importe que sí se suele destinar al pago de la hipoteca.
En ese primer momento en el que todo es ilusión, hay que sentarse a echar números y ser conscientes de hasta dónde se puede llegar. Porque no todo es pagar una cuota de préstamo. Adquirir una vivienda conlleva una serie de responsabilidades y obligaciones en gastos de comunidad e impuestos. Además, si a eso se le añade que vivir en una zona alejada del trabajo puede conllevar gastos adicionales en desplazamientos y manutención, el coste aumenta.
Una vez que se tiene más o menos claro dónde se quiere vivir, que se ha analizado el mercado inmobiliario de la zona y que se han seleccionado dos o tres posibles viviendas, hay que empezar a echar números “en serio” para, finalmente, hacer realidad el sueño. No es un cálculo realmente complicado, ya que son unas pocas variables que se deben tener en cuenta para encontrar la hipoteca.
En base a las condiciones que establece la Ley de Crédito Inmobiliario que entró en vigor el 16 de junio de 2019, para realizar estas operaciones debe considerarse primero que al precio de adquisición se le debe añadir únicamente los gastos de tasación, ya que los de gestoría, registro, impuesto de Actos Jurídicos Documentados y notaría corren a cargo del prestamista.
Por otro lado, las mejores condiciones en hipoteca se obtienen cuando el importe del préstamo no supera el 80% de valor de tasación o de compra.
En cuanto a la financiación, ¿qué hipoteca conviene más? Ahora toca elegir la cuota de préstamo que mejor se adapta a cada economía. Habrá que decidir entre las diferentes alternativas de hipotecas buscando la que mejor se acomode a cada uno, teniendo en cuenta la capacidad de pago, tipos fijos, variables o mixtos, plazos -que oscilan entre los 10 y los 30 años- y comisiones de reembolso (antiguas comisiones de amortización y cancelación anticipada). En relación a estas últimas, en el caso de pasar de variable a fijo, la Ley de Crédito Inmobiliario establece unos máximos de un 0,15% durante los 3 primeros años, porcentaje menor que para préstamos variables y tipos fijos.
Una vez se tiene claro qué se quiere comprar y cómo se va a financiar, llega el momento de entregar una señal por la vivienda y firmar un contrato de compra venta, aunque antes se deben realizar una serie de comprobaciones legales sobre el bien que se va a adquirir.
El primer paso es solicitar al registro de la propiedad una nota simple de la vivienda. Este trámite se puede realizar online con el organismo correspondiente y, con él, se obtendrá información muy valiosa para que la compra se realice sin incidencias. Con la nota simple se conocerá la actual titularidad de la vivienda y si existen cargas o embargos que haya que hacer frente a la hora de entregar una señal para, posteriormente, realizar la compra. Es importante también, antes de entregar una señal, que el vendedor informe de los gastos de comunidad y de las posibles derramas pendientes, junto con los impuestos que se pagan al Ayuntamiento. Son gastos recurrentes obligados al materializar la compra, y que tienen que estar al corriente del pago por parte del vendedor.
Por último, además de tener en cuenta el seguro, ya que la casa es el mayor bien patrimonial y está expuesta a riesgos como incendios, robos o accidentes domésticos, no olvides consultar las ayudas del Plan Estatal de Vivienda 2018-2021 para menores de 35 años que para compra de vivienda en propiedad en 2019 puede llegar hasta los 10.900€.
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