¿Estás planteándote la posibilidad de solicitar una hipoteca de segunda vivienda? Si es así, te conviene informarte de sus características y singularidades. En este artículo queremos ayudarte a tenerlo todo perfectamente claro. ¿Nos acompañas?
En esencia, las hipotecas para segunda vivienda no son diferentes a las de la primera vivienda. Ahora bien, sus requisitos suelen ser más exigentes. Por lo general, tienen intereses más altos, se conceden por importes inferiores y los plazos para amortizarlas también son más pequeños. Por ello, debes calcular muy bien tu situación económica para evitar encontrarte con problemas de liquidez al abonarlas.
Todos tenemos claro, a priori, a qué nos referimos al hablar de una segunda vivienda. La casa del pueblo, la que utilizas los fines de semana, la de playa, esa que compras como inversión o el piso que adquieres para alquilarlo después y obtener rentabilidad.
Podemos distinguir dos clases de segundas viviendas:
Ambas opciones son igualmente consideradas por las entidades financieras al plantearse una hipoteca de segunda vivienda.
En términos conceptuales, la hipoteca concedida para una segunda vivienda tiene más riesgo que la de la principal. ¿Por qué razón? Básicamente, porque en caso de dificultades, siempre será prioritario pagar la hipoteca de la vivienda habitual y no de la segunda. Por lo tanto, el peligro de impago es mayor en una hipoteca para segunda vivienda.
En buena lógica, y teniendo en cuenta esto, los requisitos serán mucho más exigentes. Estas son las claves a considerar:
Como hemos explicado, los bancos van a ser mucho más estrictos a la hora de establecer tu perfil de solvencia. Solo te concederán una segunda hipoteca si:
Por todo ello, además de comparar distintas opciones de hipotecas, has de ser prudente al definir qué segunda vivienda puedes permitirte. No confundas los deseos con la realidad.
No lo dudes, puedes hacerlo. La pregunta que debes responderte es, si en tu caso, te conviene.
En realidad, existen tres posibilidades para contratar una hipoteca de una segunda vivienda cuando aún tienes hipotecada la primera:
Por lo demás, sé consciente de que se trata de un paso (cualquiera de ellos) que implica incrementar lo adeudado y aumentar los pagos mensuales a desembolsar. Por eso, hay que tener en cuenta los gastos de cada una de las tres opciones y compararlos para elegir la que más pueda interesar.
En función de cada circunstancia personal, te interesará más contar con hipotecas fijas, mixtas o variables. En estos casos, te recomendamos recurrir a profesionales financieros de confianza y contar con un asesoramiento experto para evitar conductas excesivamente osadas al firmar una hipoteca de segunda vivienda.