Una hipoteca para comprar y reformar una casa se perfila como la solución perfecta para todos aquellos que están pensando en adquirir una vivienda de segunda mano y rehabilitarla a su gusto. ¿Cuál es el motivo? Los intereses de un préstamo hipotecario siempre son más bajos que los de un crédito al consumo, por lo que financiar la reforma con la hipoteca puede ser interesante. Pero, ¿es posible hacerlo?
Las entidades bancarias facilitan este tipo de financiación, pero debes tener en cuenta que en estos casos se exigen ciertos requisitos que pueden ponértelo difícil para acceder al dinero que necesitas.
Básicamente por el límite de la cantidad a prestar que se fijan las entidades financieras. Según esta, los bancos no suelen conceder a sus clientes, a través de préstamos hipotecarios, cuantías que superen el 80% del valor de tasación del inmueble a adquirir.
Aplicado al asunto que estamos tratando, esto quiere decir que si necesitas dinero para la rehabilitación de la casa o el piso vas a tener que ajustar mucho el presupuesto. De hecho, muchas entidades financieras limitan a un 20% o un 30% de la cantidad prestada el dinero que puede ir destinado a la reforma.
Es decir, si la vivienda no es muy barata y la renovación que necesitas llevar a cabo es importante, solicitar una hipoteca para comprar y reformar una casa quizá no sea una opción en tu caso. Tal vez tendrías que pedir, por un lado, el préstamo hipotecario, y por otro, un crédito al consumo para financiar la obra.
Sin embargo, si el dinero lo vas a destinar a mejorar la eficiencia energética de la vivienda, es más probable que te pongan menos reparos para darte liquidez. Fundamentalmente, porque estamos ante una mejora que incrementará el precio de mercado del inmueble, lo revalorizará.
Por otro lado, ten en cuenta que las entidades bancarias están intentando atraer al público más joven. Si eres menor de 35 años, muchas de ellas cuentan con condiciones más favorables para la contratación de este tipo de préstamo, incluso, cantidades mayores de financiación.
Si tu idea es adquirir una vivienda de segunda mano y luego renovarla para adaptarla a tus gustos y necesidades, te recomendamos que antes de tomar la decisión calcules muy bien cuánto te va a costar todo.
Puedes adquirir una casa que no necesite muchos cambios y así ahorrar en su rehabilitación, pero también podrías comprar una vivienda que requiera de una reforma en profundidad. En este último caso, asegúrate de que su precio sea muy bajo, porque la obra necesitará de una buena inversión y eso podría hacer que se escapara de los límites dentro de los que debe moverse el banco a la hora de otorgar financiación.
El importe de una reforma puede dispararse mucho, por lo que antes de lanzarte a firmar un contrato de compraventa habla con especialistas para saber cuánto podría costarte cambiar la estructura y apariencia de esa propiedad. Esto te dará una idea más o menos exacta sobre lo que te costará realmente la rehabilitación.
De hecho, sería conveniente que, a la hora de ir a pedir la hipoteca, llevarás a tu entidad financiera los presupuestos que has recibido. Así podrás acreditar lo que te va a costar la obra que vas a acometer.
Si no consigues una hipoteca de compra más reforma, o si has decidido mejorar el estado de tu casa un tiempo después de haberla adquirido, otra alternativa que tienes es ampliarla. Técnicamente, esto es una novación. Un cambio en las condiciones del préstamo hipotecario que, en este caso, aumenta el importe debido al banco.
Aunque recurrir a esta ampliación para rehabilitar una casa puede ser buena idea porque los intereses son más bajos, debes considerar que, al ampliar el importe de lo que le debes al banco, los intereses aplicables también van a crecer. De nuevo, lo que te recomendamos es que hagas muy bien tus cálculos para ver qué te compensa más.
En última instancia, lo que puedes hacer si tu vivienda necesita un cambio es armarte de paciencia e ir haciendo las mejoras a medida que tengas capacidad para abordarlas.
Aunque cuando contratas una hipoteca al principio sueles tener poco excedente de ahorro, al cabo de unos meses es probable que veas que sí que puedes ahorrar pequeñas cantidades.
Esto te permitirá ir creando un pequeño colchón económico del que luego dispondrás para hacer los ajustes que necesita tu casa. Además, míralo una inversión, ya que cualquier mejora en el hogar supone un incremento de su valor de mercado.
La opción de solicitar una hipoteca para comprar y reformar una casa siempre está ahí. Haz bien los cálculos, ajusta mucho el presupuesto de la obra y prueba suerte con tu entidad bancaria. Si la suma de la adquisición y la rehabilitación no se dispara demasiado, es posible que con el préstamo hipotecario tengas la capacidad de financiarlo todo.