Baño con hidromasaje, un gran vestidor, jardín con porche cubierto… seguro que ya tienes claro cómo debería ser tu hogar. Si ves que te va a resultar complicado encontrarlo en el mercado, tal vez podrías plantearte construir tu casa a tu gusto. Para llevarlo a cabo, la financiación la puedes obtener a través de una hipoteca de las denominadas de autopromotor. Con este producto vas accediendo al dinero a medida que lo vas necesitando para pagar los gastos de la obra, lo que te facilita hacer tu casa tal y como tú quieres que sea.
Como puedes deducir de su nombre, es un préstamo hipotecario destinado exclusivamente a aquellos que quieren construirse su propia vivienda. Aunque es un producto similar a la hipoteca tradicional, tiene sus peculiaridades.
La primera gran diferencia es que, al solicitar una hipoteca para construir una casa, no hay un edificio como tal que se pueda gravar. Sin embargo, existe un terreno que actuará como garantía hasta que se haya levantado la vivienda.
Ahora veremos las peculiaridades de este tipo de financiación, pero ya te adelantamos que es un producto prácticamente personalizado que se adapta a situaciones muy diferentes. Por otro lado, también existen límites en cuanto a la cantidad prestada.
Al igual que ocurre al pedir un préstamo hipotecario normal y corriente, la entidad bancaria se limita a conceder el 80% del valor del precio del inmueble. Esto quiere decir que si quieres construir tu casa deberás tener ahorrado el equivalente al 20% del valor y algo más de dinero para cubrir gastos.
Para que se conceda el dinero suele ser requisito indispensable que el solicitante tenga un terreno sobre el que construir.
A través del préstamo autopromotor, el banco le entrega a su cliente dinero para que este construya su casa. No obstante, la financiación no se otorga toda de una vez, sino que las cantidades se van entregando poco a poco, conforme se necesitan hacer los pagos para la construcción.
1. Disposición inicial
En la fase inicial del proyecto es cuando se necesita más financiación, porque hay que pagar el proyecto del arquitecto y el inicio de las obras. Por eso en la disposición inicial de la hipoteca promotor el banco podría llegar a entregar hasta un 50% del importe total a financiar.
2. Certificaciones
Una vez iniciada la obra, hay que ir pagando al constructor a medida que el proyecto avanza. Para que la entidad financiera haga entrega de la financiación, solicitará las certificaciones de obra o justificantes del arquitecto o aparejador del avance de la construcción.
3. Fin de obra
Una vez terminada la construcción del inmueble y obtenida la cédula de habitabilidad, se entrega la cantidad resultante de la hipoteca autopromotor, que será entre un 10% y un 20% del capital financiado.
Como decíamos antes, cada hipoteca para construir una casa es diferente, por lo que en cada producto y en cada entidad bancaria podemos encontrarnos algunas diferencias con respecto a lo que hemos expuesto aquí. No obstante, esta es la forma más habitual de operar.
Una de las particularidades de este producto es que, durante el tiempo que dura la construcción, el banco suele aplicar un período de carencia. Esto quiere decir que tú, como cliente, no tendrás que empezar a amortizar la deuda hasta que la obra no esté terminada. Mientras tanto lo que pagarás serán los intereses.
La hipoteca autopromotor puede ser una solución si vas a diseñar y construir tu casa a medida. Consulta con tu entidad bancaria sus condiciones si has pensado que lo mejor en tu caso es que diseñes y construyas tu casa a medida. Gracias a ella, tienes la posibilidad de acceder al dinero que necesitas para ejecutar la obra y solo tendrás que hacer frente al pago de los intereses mientras dure la misma.