¿Necesitas independencia, pero aún no estás en modo comprarte casa? Si tu primera opción es compartir piso, ten en cuenta estas recomendaciones para organizar gastos.
Muchos jóvenes en España no se plantean comprarse una casa de momento. El elevado precio de la vivienda, los salarios bajos, la movilidad laboral o una combinación de estos y otros factores están favoreciendo la opción del alquiler. Si es tu caso, no eres el único.
De hecho, el mercado del alquiler en España no para de crecer y los jóvenes son el colectivo que más ha aumentado en los últimos años. El porcentaje de casas alquiladas por menores de 30 años es casi del 57%, cuando en 2007 apenas superaba el 32% según un reciente informe del Banco de España.
Los arrendamientos también son altos y una gran parte de quienes eligen esta opción se decantan por un alquiler compartido. Casi la mitad de los españoles que comparten piso lo hacen porque no pueden asumir en solitario todos los gastos que acarrea el alquiler.
Si tú también tienes que compartir piso, seguro que a las dudas habituales de vivir por tu cuenta se suma esta otra: ¿cómo organizarse para repartir los gastos?
Existen algunos consejos, sugerencias e ideas para que compartir gastos no sea un dolor de cabeza, sino un sencillo trámite mensual.
Lo más importante antes de nada es analizar en detalle y plasmar en un documento cuáles son todos los gastos que vais a tener, desde la propia renta a la comunidad de vecinos, suministros como luz, gas o electricidad, bienes de uso diario, alimentación y también gastos extraordinarios.
A medida que vayas gastando, puedes organizar esos pagos por categorías en la aplicación de tu banco. Así no solo pondrás orden, sino que verás en qué se va más dinero cada mes.
Además de los gastos, en el apartado de ingresos puedes contemplar posibles ayudas públicas, disponibles también para pisos compartidos.
El Gobierno de España, por ejemplo, ofrece un Bono de Alquiler Joven de 250 euros mensuales por un periodo de 2 años. Para solicitarlo, tienes que cumplir estos requisitos:
Ten en cuenta que los límites de ingresos y de alquiler pueden aumentar para adaptarse a aquellas zonas con costes de vivienda más elevados o si compartes con otros jóvenes incluidos en el contrato de arrendamiento.
Por otro lado, revisa las ayudas de tu comunidad autónoma o tu ayuntamiento y si estas son compatibles con otras bonificaciones similares.
Ahora que tienes claras estas premisas, llega el momento de repartir los gastos.
En cuanto a la habitación en sí, el reparto del alquiler entre los inquilinos puede no ser a partes iguales, ya que puede estar condicionado, por ejemplo, al tamaño de la habitación o a sus características (si da al exterior o no, si es más o menos ruidosa, si tiene baño propio, etc.).
Lo más conveniente es hacer un listado de todos los gastos que prevés y los que os vayan surgiendo y, a partir de ahí, acordar por escrito -esto es importante- todas las condiciones: cuánto aporta cada uno, en qué concepto, qué día se efectúa cada pago o si hay una persona que centraliza los pagos.
En cuanto a la alimentación y gastos de suministros, tú y tus compañeros podéis optar o bien por un fondo común en el que aportar de manera equitativa para estas compras, o bien que cada uno afronte esos gastos por su cuenta.
Llegado el momento de efectuar los pagos, aparecen también varias dudas que hay que abordar de antemano.
El alquiler se debe abonar por medios electrónicos según marca la ley de vivienda. Lo habitual es que se realice el pago por transferencia o domiciliación bancaria. Una cuenta conjunta puede ser una buena solución para pagar un alquiler compartido, pero también tiene sus inconvenientes.
En la parte positiva, todo estará centralizado y cada uno de los inquilinos podréis ver al instante el estado de las cuentas, qué pagos se han llevado a cabo o cuáles están pendientes. Además, la podéis utilizar como fondo común para gastos adicionales.
En la negativa, si tú o alguno de tus compañeros de piso dejáis la vivienda, tendréis que realizar el correspondiente cambio de titulares en la cuenta. Por otro lado, ten en cuenta que si cualquiera de los titulares tiene deudas y le embargan, se podría embargar el saldo de esa cuenta compartida.
La forma más sencilla de organizar los pagos es que uno de los inquilinos sea el encargado y ejerza de administrador, mientras el resto le vaya pagando en función de los gastos que se vayan efectuando.
Utilizando Bizum a través de tu banca móvil no solo harás pagos inmediatos, sino que podrás llevar un registro y tener el justificante de cada uno de ellos.
El alquiler también se puede pagar por Bizum, ya que es un medio electrónico, si el arrendador está de acuerdo y se recoge este método de pago en el contrato. Eso sí, según el precio, puede que no sea factible teniendo en cuenta el límite máximo por operación de esta herramienta.
Hay aplicaciones que pueden ayudarte a organizar el reparto de gastos, como Tricount, Splid o Sestecer. Estas son sus principales ventajas:
Es fundamental que tú y tus compañeros tengáis por escrito el calendario de pagos, para que no haya problemas con el alquiler o con los suministros. Esto os permitirá asimismo planificar mejor vuestras finanzas personales.
Para mayor operatividad, podéis compartir este documento a través de alguna aplicación a la que todos tengáis acceso.
Un cambio de inquilino suele acarrear inconvenientes porque obliga a desandar el camino recorrido y volver a empezar. Sin embargo, es también una oportunidad para que revises si la operativa que pusiste en marcha la última vez funciona bien o si necesitas introducir algún cambio que la mejore.
En el caso de que sigas con los mismos compañeros de piso, pero se produzcan cambios en las condiciones, será necesario que los recojáis nuevamente por escrito cuando estos sean sustanciales. Es importante ser flexible y estar abierto a modificar las pautas cuando sea necesario, siempre de manera consensuada con el resto de inquilinos.