Entender las hipotecas es difícil, pero no imposible. Tu casita de Animal Crossing te ha enseñado más de finanzas de lo que crees. ¡Bienvenido a tu nueva isla!
Aterrizas con tu camiseta a rayas, un inventario vacío y muchas ganas de construir tu nueva vida. Todos te reciben con una cálida bienvenida a la isla, pero enseguida bajas de la nube. En Animal Crossing también tendrás que hacerte con un techo bajo el que dormir.
No tienes que hacer frente al papeleo, pagar intereses o respetar unos plazos. Pero el mapache Tom Nook se encarga de darte un choque de realidad: no cuentas con suficientes bayas para asumir el 100% del precio de una casa, así que te ofrece un préstamo. ¡Tu primera hipoteca!
Tom Nook no va a atenderte en tu banco, pero que no cunda el pánico. Si te manejas con las hipotecas en tu isla, también puedes fuera de ella. Sabes más de lo que crees.
El mapache inmobiliario te presta 98000 bayas –sin muchas condiciones– para que puedas comprar tu primera casa. En el mundo real, una hipoteca es un préstamo que te permite adquirir una vivienda y que te comprometes a devolver con intereses en un plazo determinado. Las ganancias de la pesca en el juego y los ingresos que obtienes en la realidad son lo que te da liquidez para saldar la deuda.
Hay muchos más, pero puedes empezar por familiarizarte con estos:
En Animal Crossing no tienes alternativa, pero fuera del juego puedes elegir entre varios tipos de hipotecas:
Si no te haces una idea de cómo funciona cada una, puedes consultar algún simulador de hipotecas para saber cuál se adapta mejor a tu situación.
Vivir junto al río, al lado del museo o en lo alto del acantilado son opciones de parcelas donde colocar tu casa en Animal Crossing. Todas están bien porque no hay que comparar sus precios. Y aunque las comparaciones son odiosas, a tu yo de carne y hueso sí que le tocará hacerlas.
Un presupuesto real puede variar según la ubicación, el tamaño, la antigüedad o la necesidad de reforma. Tu decisión influye en el importe de la hipoteca. Pero hay un factor todavía más determinante: ¿cuánto te puedes permitir pagar?
No te lances a pedir una hipoteca sin saber la respuesta. Como normal general, la cuota mensual no debería superar el 35% de tus ingresos netos. Es decir, si ganas 1200 euros, tu cuota ideal máxima es de 420 euros. De lo contrario, podrías acabar como en una trampa de avispones sin red.
Tom Nook no te exige nada por adelantado. Pero en la realidad, antes de pedir una hipoteca, tendrás que demostrar que has acumulado suficientes bayas (euros en la vida real). Normalmente, debes contar al menos con el 20% del valor de la vivienda, ya que los bancos suelen financiar hasta el 80% (como hemos comentado, para jóvenes este porcentaje puede llegar al 95%). Además, suma un 10% adicional para gastos de compraventa (la tasación, el IVA si la vivienda es nueva o el impuesto sobre transmisiones patrimoniales si es de segunda mano…)
Para ir recolectando recursos y llenar tu inventario, puedes abrir una cuenta de ahorro para comprarte una casa: te ayudará a enfocarte en el objetivo, programar ingresos periódicos. Además, si la cuenta es remunerada, puedes acumular más dinero. Poco a poco te irás acercando a la meta.
Llega el momento de firmar el préstamo ante notario, pagar la entrada y convertirte oficialmente en propietario. Has pasado de la casa básica de madera a una con habitación extra y un porche. Ahora toca amueblarla usando esas pepitas de hierro y tablones de madera que has ido recolectando. Y no descuides tu hogar: no dejes que le salgan cucarachas y revisa el buzón a menudo.
Como Tom Nook no es gestor de hipotecas, es mejor que te suene ya cómo funcionan al otro lado de la pantalla. Con planificación y ayuda profesional, comprarte una casa de verdad está mucho más a tu alcance de lo que crees. Y, vale, no puedes pagar con peces o fósiles, pero no hay excusas para no prepararte bien antes de comenzar la partida.