Esquiar en familia es una experiencia maravillosa y que, con una adecuada planificación y preparación, puede llegar a ser muy divertida. Sin embargo, si carecéis de experiencia y no sois organizados, viajar a la nieve en familia puede convertirse en una auténtica pesadilla. El viaje, el frío, la nieve, el alojamiento, las clases de esquí, la vestimenta y el material de esquí son algunos de los factores que deberás tener en cuenta para poder disfrutar al máximo de tu viaje de esquí en familia.
Parecen muchas cosas a tener en cuenta, pero no te preocupes: solo hace falta seguir unas cuantas normas para, posteriormente, disfrutar y pasar momentos únicos en la nieve. Para que vuestra experiencia sea inolvidable y satisfactoria, sobre todo si sois principiantes o si nunca habéis ido a esquiar, a continuación, encontraréis algunos consejos útiles que os hemos preparado para que disfrutar de un viaje de esquí en familia sea coser y cantar.
En Aragón encontrarás estaciones de esquí para todos los gustos. Si viajas en familia y no tienes experiencia en el maravilloso mundo de la nieve, nosotros te recomendamos una estación pequeña y con el alojamiento lo más próximo posible de las pistas de esquí y de la zona de principiantes. Si además dispone de escuela de esquí con un jardín de nieve para los más pequeños de la casa, mucho mejor.
Las principales ventajas de las estaciones pequeñas es que disponen de todo lo necesario para acoger a niños y familias, son más económicas y los desplazamientos al núcleo urbano son más cortos. Sin embargo, existen estaciones de esquí de un tamaño medio o grande que también están muy preparadas para recibir familias, aunque normalmente tienen un coste mayor de forfait, dado que ofrecen más kilómetros de pistas, más servicios y remontes mecánicos de gran envergadura. En Aragón todas las estaciones de esquí se encuentran completamente acondicionadas para recibir familias e introducir a los niños en la práctica de los deportes de invierno.
Si vas con niños pequeños, piensa que tener cerca el alojamiento te facilitará muchas cosas. Olvidarás el coche y podrás moverte a pie o haciendo uso de los transportes de la propia estación. Además, el transporte del material desde el alojamiento a las pistas de esquí será más corto y, si los pequeños de la casa están cansados y quieren descansar en el apartamento u hotel, podréis hacerlo sin mayor problema.
La opción de alquilar un apartamento cuando organizas un viaje de esquí en familia siempre es una buena idea. Dispones de más espacio que en una habitación de un hotel, te puedes organizar con total libertad y, normalmente, están equipados con todo lo necesario para cocinar. En el caso de que elijas un hotel, quizás optar por la media pensión sea suficiente. Aconsejamos esta opción, dado que muchas veces es práctico comer en las cafeterías y restaurantes que existen en las pistas de esquí y así poder dedicar más tiempo al esquí o al snowboard.
Cuando viajas en familia a la nieve, deberás prestar atención al tipo de pistas de esquí más que al número. Lo ideal es que vuestra estación tenga una amplia variedad de pistas adaptadas a principiantes y esquiadores de nivel medio. Asegúrate de que abundan pistas verdes y azules en el mapa de pistas de la estación. Si el color rojo y negro es protagonista en el mapa, mejor elige otro dominio esquiable que presente unas pendientes más moderadas y accesibles a todos los miembros de la familia. Otro factor que puede resultar de interés si viajas con niños que están aprendiendo a esquiar, es que la parte inferior de la estación cuente con un tapiz rodante o cinta transportadora cubierta; son los remontes más seguros, sencillos y adaptados a los niños y principiantes.
Los niños crecen rápido y disponer de ropa adecuada para esquiar cada invierno puede representar un buen quebradero de cabeza. Siempre tienes la opción de que algún amigo o familiar te preste la ropa y el material, pero, si no es el caso, opta por material técnico, aunque no sea de marca. Intenta seguir la norma de las "tres capas" para que toda la familia permanezcáis cómodos y secos mientras esquiáis. Como primera capa elegiremos una camiseta térmica transpirable que nos permitirá mantener el cuerpo seco de nuestro propio sudor. Para la capa intermedia, la de aislamiento térmico, usaremos fibras naturales como la lana o sintéticas, tipo poliéster. Y, por último, usaremos una tercera capa, transpirable e impermeable, para protegernos de las inclemencias meteorológicas.
Aparte de los guantes, gorro y gafas de ventisca, necesitaréis los esquís o tabla de snowboard, bastones (si vais a practicar esquí alpino), botas y casco de protección. La opción más recomendable y económica es alquilar el material. Una vez que la fase de crecimiento se modere, será un buen momento para invertir en material propio.
Este es el último consejo para esquiar en familia, pero seguramente es el más relevante. El mayor fracaso de un viaje de esquí es que alguno de los integrantes del núcleo familiar se lesione o se ponga enfermo. Antes de salir de casa, deberás preparar un botiquín de viaje en el que tendrás que incluir todo lo necesario para solventar incidentes leves que puedan surgir en la propia estación de esquí: medicinas, antiinflamatorios, ... Si no es el caso, no te preocupes: todas las estaciones disponen de servicios médicos. Por otro lado, para el desplazamiento a la estación, piensa en equipar tu vehículo con neumáticos de nieve. Si no es posible, piensa en adquirir unas cadenas de nieve del tamaño de tus ruedas y asegúrate de que sabes ponerlas y quitarlas. Una vez en la estación, antes de esquiar, cerciórate de que todos los miembros de la familia tenéis casco, gafas y guantes. Estos elementos básicos de seguridad son de suma utilidad cuando vamos a pasar varias horas en la nieve. También es importante contar con un seguro que cubra los posibles accidentes que puedan surgir esquiando.