¿Eres autónomo o tienes un comercio o negocio? Una de las cuestiones que deberías tener en cuenta a la hora de afrontar tu día a día es la separación de las finanzas personales y las finanzas de tu negocio.
Llevar adecuadamente las finanzas personales requiere cierto tiempo y dedicación. Si además tienes tu propio negocio, las variables se multiplican. Gestionarlo todo desde una misma cuenta no es lo más recomendable ya que, desde el punto de vista fiscal y del negocio, será más complicado organizarte. Por lo tanto, contar con cuentas separadas para tu vida y para tu actividad profesional te ayudará con tus impuestos y te facilitará las cosas, por ejemplo, ante una inspección de Hacienda.
Las principales razones por las que es aconsejable separar las finanzas personas y las finanzas de tu negocio son:
Hacer declaraciones separadas ayudará en el papeleo que se debe entregar a las autoridades tributarias y te puede evitar problemas legales. Ten en cuenta que las finanzas personales y corporativas responden a reglas diferentes de tributación.
Si mantienes las finanzas corporativas mezcladas con tu cuenta personal, tendrás grandes dificultades al cerrar las cuentas del mes. Esta falta de claridad lo único que provocará es descontrol. Si estás tomando dinero de un flujo y de otro no sabrás, por ejemplo, cuánto dinero está entrando en la empresa, algo clave para saber si tu negocio está siendo rentable y tomar decisiones.
Lo mismo ocurre con las tarjetas personales frente a las tarjetas específicas para negocios: es recomendable separar los pagos.
Contar con diferentes tarjetas según su finalidad te permitirá planificar mejor la tesorería y valorar tus recursos.
Además, las tarjetas negocios cuentan con unas condiciones beneficiosas a efectos de comisiones o de seguros y servicios asociados que encajan perfectamente con las necesidades del negocio.
La finalidad principal de las tarjetas negocios consiste en facilitar la gestión y regulación eficiente de los gastos laborales. Son una herramienta excepcional para mantener los recursos financieros de la empresa fácilmente accesibles y bajo control.
Por ejemplo, si cuentas con empleados a tu cargo, puedes dar varias tarjetas, asociadas a una misma cuenta y de esta manera puedes controlar los gastos derivados de la actividad: viajes de tus trabajadores, compra a proveedores, dietas…
El propósito fundamental de usar estas tarjetas es brindarte la capacidad de cubrir los gastos laborales sin la necesidad de utilizar sus propios fondos.
Conoces bien lo importante que es informarte sobre diferentes los riesgos que pueden afectar a tu negocio y seguir algunos consejos para hacerlo crecer. Algunas tarjetas te ofrecen este servicio de forma gratuita, con el que podrás dejarte asesorar sobre:
Como promociones en estaciones de esquí, viajes o descuentos en carburante.
Puedes personalizarlas con el nombre de tu empresa y de los empleados disponentes.
La decisión dependerá de cómo prefieres la visualización de tus pagos y de la necesidad de crédito o no. La tarjeta de débito es una tarjeta con cargo directo de los consumos en la cuenta asociada y, en cambio, si buscas disponer de crédito, con flexibilidad en la forma de pago y opción de pago a plazos de compras concretas, te recomendamos una de crédito.
Cómo no, tus tarjetas negocio cuentan con diferentes seguros que te protegen de diferentes riesgos, entre los que destacan el robo o extravío de la tarjeta.
También suelen asociarse otros seguros como los seguros gratuitos de accidentes, asistencia en viaje, asistencia en carretera y responsabilidad limitada en compras por uso fraudulento.
Si eres autónomo o tienes un pequeño negocio, no olvides separar tus finanzas personas de las profesionales. Recuerda que al contratar una tarjeta negocios no solo conseguirás seguir esta recomendación y ordenar tus pagos, sino que podrás disfrutar de otras ventajas y servicios asociados.