Los seguros del hogar son muy útiles a la hora de cubrirnos por incidentes frecuentes que pueden pasar en la vivienda, como rotura de tuberías, robo o diferentes desperfectos que se puedan ocasionar.
Las viviendas hipotecadas precisan un seguro obligatorio con coberturas básicas, que es imprescindible para cubrir el caso de que suceda algún siniestro que perjudique al inmueble.
Pero si eres propietario de un inmueble necesitarás mayores coberturas para abarcar desde una rotura en las tuberías hasta los daños que le podamos ocasionar a terceros.
Si quieres estar tranquilo frente a los imprevistos o incidentes que puedan suceder, contratar un seguro del hogar con las coberturas necesarias te va a quitar más de un quebradero de cabeza.
Debes tener en cuenta a la hora de elegirlo que es importante hacer una valoración clara y real tanto del continente como del contenido. Muchas veces se infravalora y luego el seguro no protege todo lo que pensábamos.
Es muy importante que los seguros del hogar tengan contratada la responsabilidad civil, o lo que es lo mismo, la protección y cobertura en caso de dañar a otras personas o a su vivienda. Tener cubiertos los daños a terceros es obligatorio cuando hablamos de seguros de coche, pero en el caso de la vivienda no lo es, aunque sí que es muy conveniente. Porque si cuando circulas es probable ocasionar daños a terceros, cuando tienes una vivienda sucede igual, porque puedes tener vecinos a los que les puede afectar cualquier siniestro que suceda de forma accidental.
La cobertura de responsabilidad civil es la que hace posible que tu seguro atienda los daños causados a tu vecino. De esa forma la aseguradora correrá con los gastos y evitarás conflictos vecinales.
Así que siempre que contrates un seguro del hogar no puede faltar esta cláusula para garantizar una convivencia pacífica y despreocuparse si suceden incidentes en tu vivienda.
Un seguro con responsabilidad civil cubre los daños a terceros que se ocasionen tanto por la propia vivienda asegurada como los daños que puedan causar los habitantes de la casa.
Cubrirá los daños a los objetos, partes de otras viviendas y todos los elementos que puedas dañar tú o tu casa. Si tienes cobertura de responsabilidad civil el seguro se puede hacer cargo para reparar el desperfecto y que luzca como estaba antes del suceso.
También puede suceder que los daños se causen a personas. Este tipo de incidentes también está cubierto por la responsabilidad civil en un seguro de hogar.
La cobertura por responsabilidad civil es de las más utilizadas a diario por los asegurados, ya que los episodios de daños a terceros relacionados con una vivienda son bastante frecuentes tanto en lo material como en lo personal.
Sí, la responsabilidad civil cubre los daños a terceros, que no tienen por qué ser vecinos expresamente, sino que puede ser un peatón que pasa debajo de tu casa y le cae una teja o si tu hijo estropea accidentalmente el móvil de un amigo. Si no tienes un seguro de hogar con responsabilidad civil, en caso de reclamación, tendrás que hacerte cargo tú del pago y en estos casos la suma a pagar puede ser muy alta.
Si vives de alquiler es igualmente recomendable un seguro de hogar, en ese caso solo de contenido, porque el seguro del propietario de la vivienda no cubre ni lo que le pueda ocurrir a tus cosas (muebles, ropa, electrodomésticos, aparatos electrónicos…) ni los daños que puedas causar tu involuntariamente a la vivienda o a terceras personas, como por ejemplo dejarte un grifo abierto e inundar toda la casa o la responsabilidad civil como usuario de vehículos de movilidad personal.
Las excepciones de todo seguro de responsabilidad civil aplicado a la vivienda son las imprudencias y todos los hechos que se produzcan de forma intencionada. Al margen de esta excepción la cobertura por responsabilidad civil es imprescindible en tu seguro del hogar para tener una asistencia real y con garantías.