Tener claro qué es una vivienda habitual es fundamental para cumplir correctamente con nuestras obligaciones con Hacienda. ¿Por qué? Porque tiene un tratamiento fiscal diferente a otras viviendas de las que podamos ser titular.
Identificarla bien tiene mucha importancia: si no se hace correctamente y has tenido deducciones, tendrás que devolver todo lo deducido más un importe adicional del 50%. Es decir, si te ahorraste 2.000€, tendrás que devolverlos más una multa de otros 1.000€.
Tras leer el párrafo anterior, te habrás sensibilizado con la importancia de tener muy claro qué considera Hacienda una vivienda habitual. Nuestra intención es ayudarte a despejar tus dudas.
Y para ello, hemos acudido a la fuente matriz, la que siempre es capaz de aclararlo todo en este campo: la Agencia Tributaria.
Hacienda establece unos requisitos ineludibles para considerar una vivienda habitual en la declaración de la Renta. Son estos:
Considera, por otra parte, que se consideran como vivienda habitual hasta dos plazas de garaje. Aunque, siempre, deben estar situadas en el mismo edificio y haber sido compradas al mismo tiempo que la vivienda. Si, por ejemplo, la segunda plaza la adquiriste después, solamente podrás deducirte la primera.
Aunque hace años que desapareció la deducción por compra de la vivienda habitual, todavía puede aplicarse a compras de vivienda anteriores a 2013.
Pero no es esa la única de las ventajas. También está la exención de la reinversión de la vivienda habitual en la compra de otra nueva, siempre que se invierta la totalidad del importe obtenido de la venta en la compra de otra vivienda habitual y esa compra se realice en los dos años anteriores o posteriores a la venta de la primera, computados de fecha a fecha.
Por otro lado, transmitir una vivienda habitual tampoco tributa si quien lo realiza tiene más de 65 años o se encuentra en situación de dependencia severa o gran dependencia.
En buena lógica, si tienes otras viviendas en tu patrimonio, no serán consideradas habituales. Si las tienes alquiladas a otros inquilinos, tendrás que declarar en el IRPF las rentas que te aporta ese alquiler como rendimientos del capital inmobiliario. Si las tienes vacías, también tendrás que declararlas como inmuebles para tu disfrute. La Agencia Tributaria considera que si no obtienes una renta es porque quieres. En consecuencia, calcula cuánto podrías haber cobrado y te obliga a imputarte un rendimiento por la tenencia de ese inmueble.
Evidentemente, debes ser capaz de demostrar que es tu vivienda habitual si Hacienda te lo pide. Lo creas o no, esto es más corriente de lo que imaginas.
Entonces, ¿qué documentación necesitarías para estar tranquilo? El punto de partida es solicitar el certificado de empadronamiento o padrón del contribuyente.
Además, otras pruebas que te ayudarán a demostrarlo es que aparezca como domicilio habitual en tu carné de identidad y en el apartado 'dirección' de la declaración de la Renta. Adicionalmente, la correspondencia bancaria con este domicilio es otro indicador fundamental.
¿Necesitas presentar más pruebas? Pide al presidente de la comunidad de propietarios un certificado de que estás viviendo en ese domicilio. Su mención en escrituras notariales es otro indicador fiable que puedes utilizar como un indicio válido.
Lo que no es imprescindible es ser titular de la hipoteca de la vivienda para que pueda ser considerada vivienda habitual. Siempre y cuando, claro, puedas demostrar que lo es.
Algo más complicado resulta demostrarlo, a efectos fiscales, cuando tu empadronamiento y el domicilio fiscal no coinciden. Casi automáticamente, en estos casos Hacienda actuará de oficio y te pedirá las comprobaciones y las justificaciones.
Si es tu caso, te animamos a reunir y conservar estos documentos:
Esperamos que ahora tengas mucho más claro qué es una vivienda habitual y cómo puede afectar a tu declaración de la Renta.