La vida de un autónomo siempre es complicada. Se aprecia en el día a día y en ciertas ocasiones especiales, como por ejemplo solicitar un préstamo para comprar una casa. Pedir una hipoteca de autónomos es más farragoso y complejo. ¿Quieres saber conocer sus particularidades?
Los autónomos, por desgracia, tienen serios problemas al tratar de conseguir una hipoteca. Realmente no cumplen los requisitos habituales solicitados por las entidades financieras: ingresos constantes (carecen de nómina fija y sus ingresos son variables, pues dependen de la actividad de su negocio), contrato de trabajo y solvencia acreditada.
También sucede que, a veces, los ingresos que obtienen por su actividad no se corresponden con los declarados en el IRPF, según el sistema de estimación que se utilice. Y eso hace que para el autónomo no sea fácil demostrar a una entidad financiera la solvencia que tiene.
Por eso, muchas veces el camino que le queda al autónomo no es otro que de aportar y demostrar todas las garantías y los avales de los que dispone. Estos indicadores serán determinantes para conseguir o no la financiación que desea.
El autónomo debe tener claro su propósito: demostrar que será un deudor fiable y podrá pagar el préstamo. En este sentido, si eres un autónomo, un primer punto de partida es explicar y demostrar qué bienes posees. En buena lógica, todos ellos son susceptibles de convertirse en avales para tu hipoteca.
Así, si tienes ahorros propios te será más fácil conseguir el préstamo. Cuando dispones de cierta cantidad de dinero ahorrado, se considera un soporte y un aval al pago posterior de la deuda. Ten en cuenta, además, que la hipoteca no suele cubrir el total de los gastos asumidos; ese dinero extra es un respaldo fundamental para tranquilizar a los bancos.
Asimismo, es muy útil contar con avalistas, personas que podrían responder con su patrimonio de la deuda asumida.
Con el fin de demostrar la estabilidad en tus ingresos durante un largo periodo, tendrás que presentar tu declaración de la renta y de los IVA precedentes. Dado que como autónomo careces de un salario fijo, serán los principales valedores de tu solvencia. Si son constantes en el tiempo, no dudes en presentar también la información histórica al respecto.
También en términos de información histórica, te ayudará contar con un expediente personal libre de deudas. Si has sido un pagador puntual de todas ellas, sin impagos, quiebras económicas ni demoras, contará a tu favor. Aunque se tiene en cuenta siempre, cuando se trata de hipotecas para autónomos influye todavía más. Por supuesto, si tienes deudas en la actualidad, lo tendrás complicado.
Otro factor importante es la antigüedad de tu negocio. Si lleva mucho tiempo en marcha, resultará más fiable como respaldo a tu solicitud de préstamo.
El procedimiento no difiere de cualquier otra solicitud de hipoteca, salvo la obligación ya comentada de presentar informaciones adicionales. Tienes que dar estos pasos:
Una de las partes más engorrosas es reunir toda la información requerida. Tendrás que presentar, por ejemplo, un informe de vida laboral actual con la trayectoria profesional y la antigüedad del negocio.
Asimismo, debes aportar tu información fiscal, especialmente la declaración del IRPF, imprescindible para mostrar oficialmente tu situación económica personal y profesional.
Adicionalmente, es importante presentar un resumen contable del negocio. Junto a la contabilidad del proyecto profesional, incluye el resumen anual, la cuenta de pérdidas y ganancias, los modelos recientes de IVA e IRPF, etc.
En el proceso, por supuesto, deberás encargar y presentar la tasación de la vivienda que vayas a comprar. No es algo especial por ser autónomo, tendrás que hacerlo como cualquier otro interesado.
En definitiva, gestionar una hipoteca de autónomos desgasta más y resulta menos gratificante. No solo debes reunir más información y documentaciones, también has de ser capaz de demostrar que tienes la solvencia necesaria para devolver el crédito solicitado en las condiciones acordadas.