Rentabilidad y sostenibilidad son dos conceptos cada vez más unidos. ¿Y si ahorrando para la jubilación contribuyéramos a crear un futuro más sostenible? Ese es el objetivo de los planes de pensiones que siguen criterios ASG (Ambientales, Sociales y de buen Gobierno corporativo): se guían por ellos en la selección de sus inversiones, complementando el análisis financiero tradicional.
No se trata de elegir entre rentabilidad o sostenibilidad: la inversión socialmente responsable es una tendencia que, si bien ya era relevante en los últimos años, este 2020 ha cobrado especial importancia por el contexto de pandemia en el que vivimos. El Covid-19 ha acentuado la sensibilidad de la sociedad en este aspecto: es importante generar un impacto positivo en nuestro entorno y contribuir a la sostenibilidad del planeta.
Invertir en nuestro futuro y en el de todos es rentable. La inversión sostenible conlleva atractivos resultados sólidos en el tiempo: una empresa con buena calificación ASG es percibida de manera positiva por los clientes, quienes demandan más sus productos o servicios, incrementando sus beneficios y rentabilidad. De hecho, los fondos de pensiones que invierten en estas empresas están obteniendo buenos resultados: la inversión socialmente responsable es la inversión del futuro. Ahora bien, para la correcta elección de un plan de pensiones sostenible deberemos tener en cuenta, además, si se adecúa a nuestro perfil inversor.
Es indispensable confiar en una entidad comprometida con la inversión sostenible, experimentada y con una gama completa de planes de este tipo. En este aspecto, los planes sostenibles de Ibercaja tienen una relevante posición dentro de su categoría. Según INVERCO, su rentabilidad es óptima en diferentes horizontes temporales. En concreto, alguno de nuestros planes se posiciona, en la categoría de renta variable mixta, como el tercer mejor plan en rentabilidad a cinco años, el primero en rentabilidad a tres años y el sexto en rentabilidad a un año.