Las estaciones de esquí disponen de pistas de esquí agrupadas por colores para distinguir su dificultad: verdes, azules, rojas y negras. Multitud de alternativas para que, en función del nivel técnico y físico, cualquier esquiador pueda disfrutar de las pistas sin poner en riesgo su integridad física ni la de los demás usuarios.
Pero existen ciertas pistas que presentan un relieve especial, como por ejemplo las pistas de baches.
Los baches o bumps en inglés son unos montículos de nieve que encontramos en la pista de esquí. La presencia de los baches es más frecuente en aquellas zonas donde existe cierta inclinación y se producen con el paso de numerosos esquiadores en una misma zona. En las pistas rojas y negras, los esquiadores se ven obligados a derrapar para poder descender, arrastrando la nieve de unas zonas a otras, creando pequeñas montañas de nieve.
También existen pistas de baches creadas voluntariamente por los técnicos de la estación, aunque en la actualidad solamente se crean para competiciones de Moguls. Generalmente las pistas de baches son temidas por los practicantes de snowboard, dado que es complejo realizar giros consecutivos sin perder el control de la tabla. Pero si lo tuyo es el esquí alpino y quieres aprender a bajar una pista de baches, a continuación te vamos a explicar algunas pautas para que la experiencia sea agradable y llegues a disfrutar del descenso.
Debes tener en cuenta que la técnica de descenso en una pista de baches está orientada a niveles técnicos medios y altos dada la dificultad. Existen diferentes técnicas para sortear los obstáculos, pero la más sencilla y popular es realizar los giros dejando en el interior la bañera.
Al llegar a una pista con montículos, hay que posicionarse en el medio de la pista y observar la línea de descenso que vas a realizar. Una vez que visualizas por dónde bajar, deberás seguir las siguientes directrices básicas: