Aragón, cuna de esquiadores
Aragón es, históricamente, una de las cunas del esquí en España. Sus orígenes se remontan a finales de los años 20, donde aventureros, deportistas y apasionados por la nieve, ascendían las colinas nevadas en búsqueda de retos, nuevas sensaciones y experiencias.
Los antiguos esquís, fabricados en madera de fresno llenaban los vagones del Canfranero, permitiendo a los zaragozanos desplazarse a la montaña durante los fríos fines de semana de invierno. Para poder ascender la ladera y deslizarse con la mayor fluidez posible, los esquiadores enceraban sus esquís y así vivir una experiencia inolvidable en la montaña. Sin duda, una auténtica revolución antes de que llegaran los magníficos remontes mecánicos que nos permiten ascender cómodamente hasta las cimas de las montañas.
Candanchú fue la primera estación en abrir sus puertas a esquiadores, posicionándose como la estación de esquí pionera del Pirineo aragonés.
El Valle de Tena enamoraba a los montañeros, pero también a los empresarios que no dudaron en invertir en unas montañas que enamoraban con sus grandes acumulaciones de nieve. En la década de los 60, el que fuera alcalde de Zaragoza, Ramón Sainz de Varanda, promocionó el mundo de la nieve en sus montañas y facilitó que en 1965 se abrieran las puertas de la flamante estación de esquí de Formigal.
Los montes de pastos fueron acotándose por una industria que permite el desarrollo económico y social de los valles de montaña. Alojamientos, restaurantes y nuevos remontes se fueron implantando en las cordilleras aragonesas, facilitando que miles de personas de toda la geografía española descubrieran los encantos de unas montañas llenas de nieve, historia y tradición.
Actualmente, las estaciones de esquí aragonesas conforman un espacio renovado, moderno e ideal para disfrutar de la nieve y del esquí. Remontes modernos, una amplia oferta gastronómica y alojamientos de gran calidad, os esperan en nuestras estaciones de esquí. Las nieves nutren los valles de montaña de Aragón cada invierno, facilitando que más de 30.000 personas disfruten de las pistas de esquí los días de más afluencia.
Un auténtico motor económico y social en Aragón que no cesa de crecer, generando riqueza y aumentando la notoriedad de nuestras montañas a nivel nacional e internacional. No en vano, la nieve aporta un 7% del PIB regional gracias a los 1,2 millones de esquiadores y snowboarders que visitan las pistas aragonesas cada temporada.
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