Cuando decides ir a esquiar es probable que no pienses en la suma utilidad de llevar un casco cuando practicas deportes en la nieve. Decidir utilizar esta protección en las pistas es una gran decisión, en caso de accidente o caída puede ser tu mejor aliado. En el artículo de hoy, te contamos 5 razones para esquiar siempre con casco.
En primer lugar y, lo más importante, es que utilizar casco es sinónimo de protección. Protege la cabeza en las caídas y reduce el daño que pueda producir un golpe. Aunque no garantiza evitar una lesión, lo que sí conseguirá es que el impacto sea mucho menor y, por lo tanto, menos peligroso. Un mal golpe en la cabeza puede cambiar tu vida. Utilizando casco podrás evitar que la consecuencia de la caída sea demasiado seria.
Un casco no solo te protege, sino que además, puede ser tu mejor aliado para no pasar demasiado frío en las pistas. Cuando te encuentras expuesto a las bajas temperaturas, la mayor parte de tu calor corporal se pierde por la cabeza. Por lo tanto, en los momentos más fríos agradecerás llevarlo puesto.
En los comercios especializados, encontrarás que hay infinidad de diseños y modelos distintos. Escogiendo un color llamativo u oscuro, destacarás en la nieve y podrán reconocerte fácilmente. Esto puede ser muy útil si vas con niños a la nieve, ya que, utilizando un casco fácil de identificar, podrás reconocerlos sin problemas.
Además, destacar en las pistas no solo es útil para que te reconozcan sino también por seguridad. Será más fácil que los otros usuarios perciban tu presencia si usas colores llamativos o de gran contraste con la nieve. Es muy útil y reducirás las probabilidades de que se produzca un choque con otro esquiador.
Todos los cascos cuentan con un sistema en la parte posterior que te ayudará a que tus gafas estén bien sujetas y nunca se te caigan de la cabeza. Con las gafas bien enganchadas, podrás levantarlas y bajarlas sin riesgo de perderlas.
Los cascos de esquí están diseñados para encajar a la perfección con las gafas. Gracias a esto podrás olvidarte de estar ajustándolas todo el rato para evitar extraviarlas en caso de caída. Y si las quieres tener controladas cuando estás descansando, el casco es una gran opción, ya que al quitártelo se quedarán sujetas evitando extravíos o que se deterioren.
Saber que estás protegido puede hacer que estés más seguro de tus habilidades en las pistas. Si cuentas con esa seguridad extra que te proporciona llevar casco, podrás afrontar las partes más difíciles de una manera más relajada.
Tener más confianza en ti mismo te convierte en un mejor esquiador; el pánico y la tensión de tu cuerpo se reducirán y podrás evitar caídas, ya que cuando estás relajado tu cuerpo se mueve más fácilmente y los movimientos son más fluidos.
Sin embargo, el extra de confianza en ti mismo no quiere decir que puedas esquiar de una manera imprudente o temeraria. No olvides moderar siempre la velocidad de descenso para no ponerte en peligro a ti mismo ni a otros usuarios.