Si necesitas un préstamo, en la actualidad, con el estado de alarma sanitaria que estamos viviendo, lo más recomendable puede ser solicitarlo sin salir de casa. Nos podemos encontrar con diferentes opciones y hay que tener claro cuál nos interesa más.
Son préstamos que las entidades ya tienen aprobados previamente. Tienen un límite concreto y son diferentes según las características de cada cliente. Se caracterizan por ser muy rápidos, porque no necesitan trámites ni documentación adicional y normalmente se abonan de forma inmediata.
Puedes consultar en la plataforma digital de tu banco para comprobar si puedes solicitar uno de estos préstamos y las condiciones que tiene.
Seguramente, a través de la radio o la televisión te ha llegado publicidad de otro tipo de préstamos que se conceden de forma inmediata mediante una llamada de teléfono. Este tipo de operaciones no son ofrecidas por un banco si no por otro tipo de financieras y generalmente suelen tener unas condiciones menos ventajosas, que pueden hacer notablemente más cara la devolución de tu préstamo.
Por eso, si necesitas aplazar la compra de ese bien que no habías previsto, consulta en tu banco antes de valorar otras posibilidades.
En ocasiones, a través de la banca digital de tu banco, se pueden aplazar cargos en la cuenta corriente. Es decir, que un cargo que ya hemos tenido en la cuenta y que nos ha dejado con poco dinero en ella, podemos repartirlo en varios meses. Así no dejamos de atender el resto de gastos, tanto los habituales como los excepcionales de estos días, para poder pagarlos sin agobios y de una forma más cómoda.
Se pueden aplazar tanto los cargos domiciliados como otro tipo de movimientos: alquiler de pisos, declaración de la renta, etc.
La forma de aplazar esos cargos es muy sencilla, muchas veces se puede hacer desde el móvil, sin necesidad de solicitud previa. Y, por supuesto, sin tener que ir a una oficina bancaria, directamente desde casa.
En tu banca digital podrás consultar si puedes hacer esos aplazamientos, si hay algún importe mínimo o máximo fijado para hacerlo y, lo más importante, las condiciones que van a tener (es decir, cuánto te va a cobrar el banco por el aplazamiento). Estas condiciones dependen de cada entidad y, aunque suelen ser más interesantes que otras fórmulas de financiación, conviene que las revises antes de aplazar para no llevarte luego ninguna sorpresa.