Si ya te has puesto manos a la obra ahorrando para la consecución de tu objetivo, es importante que sepas qué productos y servicios son adecuados para alcanzar lo que buscas. Y para tenerlo claro, tienes que tener en cuenta diferentes aspectos.
El horizonte temporal es una cuestión muy importante, pues es el tiempo en el que no vas a tener que echar mano de este ahorro. Si no lo vas a necesitar a largo plazo, la gama de productos en los que poder invertirlo es mucho mayor, porque puedes pensar que parte del ahorro pueda ir hacia la renta variable. Pero si el horizonte es menor a dos años, no es conveniente poner en riesgo tus aportaciones y es bueno llevar el ahorro a productos que tengan una duración similar. Así podrás acumular tu ahorro para hacer frente a imprevistos sin sobresaltos.
Algunas veces no podemos cumplir nuestro deseo en el plazo que hemos establecido para el ahorro, porque los imprevistos aparecen antes de lo que pensamos. Es en este momento donde tenemos que ver si hay un coste del reembolso o incluso si podría haber alguna penalización fiscal por el reembolso antes del plazo fijado, como por ejemplo en el caso de SIALP y CIALP (seguros o cuentas individuales de ahorro a largo plazo con beneficio fiscal si se mantienen 5 años). Si el imprevisto aparece antes, es preciso que sepas claramente si podrás recuperar tu ahorro o si tendrás alguna penalización y cuándo puedes hacer uso de tu ahorro.
Si quieres ahorrar poco a poco haciendo aportaciones periódicas todos los meses, es mucho mejor que ahorres en un producto que te permita hacerlas de forma automática. Aportaciones automáticas son aquellas en las que no tienes que estar pendiente de realizarlas cada mes porque de manera automática el dinero se transfiere al producto en el que hayas decidido ahorrar. Son muchos productos bancarios los que utilizan esta fórmula para poder ahorrar desde pequeños importes. También puedes elegir hacer aportaciones bimestrales, trimestrales o semestrales, pero puede ser más accesible mes a mes. Además si un mes puedes dedicar más importe puedes hacer aportaciones extraordinarias.
Analizado todo esto puede que no acabes de verlo claro y pienses que lo más fácil es abrir una cuenta corriente e ir metiendo dinero. Pero te equivocas, porque así solo estarás acumulando cantidades, pero no obtendrás rentabilidad.
En el momento actual es muy difícil obtener beneficios en este tipo de cuentas. Antes de tomar decisiones es conveniente consultar con tu entidad financiera para que puedan orientarte e informarte sobre otros productos como planes de ahorro en seguros, con los que se podría conseguir algo de rendimiento al ahorro.
Estos productos, aunque te darán una menor rentabilidad que otro tipo de inversiones más arriesgadas, te proporcionan más seguridad y asumes menos riesgo en recorridos a corto plazo. Aquí puedes hacer aportaciones periódicas y tener el seguimiento de las mismas.
Y cuando hayas conseguido tu objetivo de ahorro a corto plazo es el momento de mirar a otros productos a más largo plazo y con posibilidades de conseguir mayor rentabilidad para esos excedentes que sigas generando.