Dar o no dar la paga. Esa es la cuestión cuando tus hijos empiezan a pedirte dinero para sus primeros gastos. ¿Es conveniente? ¿Cuáles son sus beneficios y cuáles los inconvenientes? Te lo contamos.
Los niños y los adolescentes perciben mucho más del día a día de sus padres de lo que pensamos. Y uno de los ámbitos en el que esto sucede es el financiero: tus hijos se fijan en tus hábitos de ahorro y, a partir de esa observación, aprenden mejor o peor a gestionar las finanzas personales. Además, hablar de dinero en casa es crucial para su educación financiera.
Según la Encuesta Funcas 2024 sobre Cultura y Educación Financieras, cerca de la mitad de los encuestados afirman no hablar nunca con los adolescentes de los ingresos y gastos que entran en el hogar. Sin embargo, el 57% les da una asignación periódica con el objetivo principal de “que aprendan a manejar y valorar el dinero”.
Precisamente, según otro informe de Funcas, la paga es uno de los instrumentos más valiosos de educación financiera para los menores, pero apenas la dan el 14% de las familias con niños en Primaria. La proporción de madres y padres que dan paga a sus hijos va creciendo con la edad de los hijos: la dan un 29% en Secundaria y solo se acerca a la mitad cuando cursan Bachillerato (48%).
¿Es conveniente o no dar una asignación económica a los pequeños? ¿Qué beneficios y qué inconvenientes tiene? ¿Cada cuánto dar la paga? En este artículo intentamos dar respuesta a estas y otras cuestiones.
Quizás la primera cuestión que te planteas en el momento en el que tus hijos empiezan a demandar compras o caprichos es si satisfacer estas necesidades a demanda, a medida que van surgiendo, o si darles una cuantía y una periodicidad prefijadas mediante una paga o propina.
En esta tesitura, los expertos suelen recomendar la segunda opción. No es incompatible con la primera y debe tener unas reglas establecidas de antemano. Entre otros beneficios, les ayuda a administrar su dinero y toman conciencia de la importancia del trabajo.
No hay una fórmula mágica, pero los expertos coinciden en que la paga periódica es una de las mejores herramientas para que los menores adquieran hábitos y prácticas financieramente sostenibles. Es una forma de ayudarles a planificar.
Son numerosas las ventajas que puede generar una paga en los menores si se aplica este hábito correctamente:
Más que inconvenientes, una incorrecta aplicación de la paga puede generar dudas. Por ejemplo:
Si el objetivo de la paga semanal o mensual es que tus hijos aprendan a administrarse su propio dinero, no parece a priori una buena idea decidir de antemano en qué se lo pueden gastar y en qué no.
Probablemente la mayor parte de ese dinero irá destinado al ocio con sus amigos. Sin embargo, es recomendable que les asesores para que gestionen de forma adecuada estos fondos y llevar un control del gasto.
Un buen momento para empezar a darles la paga es cuando aprenden a sumar y a restar correctamente. A partir de segundo o tercero de Primaria, ese conocimiento suele estar ya asentado.
De nuevo, no hay recetas exactas. Según Funcas, la asignación semanal media a jóvenes que cursan ESO es de 14,5 euros. Otras estadísticas nos hablan de que lo más común en España para una periodicidad semanal es de 3 euros hasta los 10 años, de entre 4 y 8 euros hasta los 14, de unos 10 euros entre esa edad y los 16, y de 15 a 20 euros hasta la mayoría de edad.
Cuanto mayor sea la frecuencia (diaria, semanal), menos complicada será la gestión de ese dinero y, por tanto, menor será el aprendizaje. Por el contrario, a medida que la paga se vaya espaciando en el tiempo (quincenal o mensual), la necesidad de aprender a gestionar mejor el dinero aumentará, aunque también será más complicado.
Gestionar las finanzas personales implica que parte del dinero que ingresamos vaya destinado al ahorro. En la mayoría de los casos es la única forma de que ese dinero acabe transformándose en un proyecto de entidad, no en un gasto menor.
De ahí que un truco para sacar mayor rendimiento a la paga puede ser que una parte vaya destinada a gastar en lo que tu hijo prefiera y otra parte, a un gasto de mayor volumen, más al largo plazo y que le obligue a pensar en clave de ahorro.
Al principio, si el dinero de la paga es en metálico, el niño puede visualizar más fácilmente cuánto entra y cuánto sale. Más adelante, puedes darles la paga a través de una transferencia periódica: recibirán el dinero directamente en su cuenta o tarjeta y tanto tú como él podréis hacer seguimiento de ingresos y gastos a través de la app del banco.
En todo caso, cada situación depende de las circunstancias familiares y económicas o del desarrollo del niño o el joven. Por eso, cada padre o madre es quien mejor conoce qué puede hacer y cómo lo debe hacer para que una paga se convierta en una forma de prepararse para la vida adulta.