La crisis sanitaria provocada por el coronavirus ha colapsado hospitales y centros de salud.
Algunos pacientes han visto retrasadas sus pruebas o intervenciones o han visto como se retrasaba su atención.
Por eso, en este contexto, muchas personas han optado por la contratación de un seguro privado para complementar con sus servicios los de la sanidad pública tanto para temas del COVID-19 como para otras enfermedades o afecciones.
Los seguros de salud privados cubren tratamientos y atenciones médicas a cambio de pagar una prima mensual, trimestral o anual. De esta forma el paciente puede acceder a diferentes médicos de distintas especialidades y concertar una cita con ellos directamente. No es necesario en muchos casos pasar por un médico general, por lo que se acortan los tiempos.
Al contratar la póliza del seguro es importante tener claro qué entra y qué no y, sobre todo, cuáles son las necesidades que en todo caso necesitamos que se cubran para no llevarnos sorpresas. Por supuesto, dependiendo de las coberturas la prima variará.
Teniendo un seguro privado tienes la posibilidad de elegir al médico especialista que tú quieras dentro de los que estén disponibles en el cuadro médico de la compañía. Así, puedes elegir los centros médicos que estén más próximos a tu trabajo o residencia o aquellos que pueden atenderte de forma más rápida.
Los cuadros médicos suelen ser bastante completos, incluyendo muchos de los médicos con consulta privada en las principales localidades.
Algunas modalidades de seguros incluso permiten acceder a otros médicos que no están incluidos en el cuadro: en esos casos, si eliges ser atendido por un facultativo fuera del cuadro, tu seguro te abonará un porcentaje del coste que hayas tenido por la consulta.
No solo las consultas con especialistas estarán incluidas en el seguro de salud, también lo pueden estar las hospitalizaciones, si así lo tienes establecido en tu póliza, que puedas tener como consecuencia de sus diagnósticos.
Además del acceso a multitud de servicios médicos, otra ventaja actual de los seguros privados de salud es la de disponer de asistencia telemática a través de Internet o de las aplicaciones móviles.
En la póliza del seguro de salud que contrates vendrán detalladas las coberturas que este tenga. Se indicará qué especialidades médicas se incluyen. Sin embargo, puede haber determinadas situaciones que no estén incluidas: conviene consultar con tu compañía para tenerlas identificadas.
En general, pueden quedar fuera de cobertura, por ejemplo, las dolencias derivadas de pandemias y catástrofes. En el caso del COVID-19, a pesar de ser una pandemia, el sector asegurador español decidió, en colaboración con las medidas de las autoridades sanitarias españolas, asumir los costes derivados de la atención a posibles infectados con coronavirus.
Eso sí, hay que tener en cuenta que, aunque las coberturas de los seguros son amplias, muchos no cubren las pruebas de detección del COVID-19, por eso lo mejor es informarse sobre ello.