Seguro que tienes claro en qué consiste, pero has de saber que tiene los días contados. En este artículo te contamos sus características principales y cuáles serán los métodos de seguridad que lo sustituirán a partir de ahora. Ganarás en seguridad y en fiabilidad.
Las siglas aluden a personal identification number. Cuando el banco te envía una tarjeta, también te facilita el PIN que le ha asignado el sistema informático. Se aconseja cambiarlo y seleccionar unos números que puedas recordar con mayor facilidad, aunque tienes que evitar números que puedan adivinarse sin mucho problema, como la fecha de nacimiento. Además, hay que intentar recordar este número y no llevarlo escrito junto a la tarjeta, para evitar riesgos en caso de robo por ejemplo.
Las funciones de este sistema de seguridad son:
En los pagos con tarjeta física en comercios físicos, desde que utilizamos tarjetas contactless o sin contactos, ya no tecleamos el PIN en todas las operaciones de compra, sino solo a partir de determinado importe. Ese límite se establece a nivel nacional por los operadores de los sistemas de pagos, en el caso de España es actualmente de 50€ y en otros países puede ser otro. Así, en las compras que hagamos con una tarjeta contactless (sólo aproximando la tarjeta al Terminal Punto de Venta) por importe inferior a 50€, no será necesario teclear el PIN, pero sí en las compras por encima de esa cantidad.
Esta medida es muy positiva para nuestra experiencia de pago en comercios, aporta mucha agilidad y rapidez. Además, existen controles por parte de las entidades emisoras de las tarjetas para requerir el tecleo de PIN, aunque sea una operación sin contactos, cuando se acumula un determinado importe en compras o un número consecutivo de operaciones sin haberlo tecleado.
En los pagos con tarjeta en comercios electrónicos, puede que también nos requieran teclear el número PIN como uno de los métodos de verificación de las compras. Eso dependerá de las condiciones establecidas por cada Banco para confirmación de compras.
Y por supuesto, en las operaciones que hagamos en cajeros automáticos, incluso cuando no utilizamos la tarjeta física, sino a través de nuestro teléfono móvil, también se requerirá el tecleo del PIN como sistema de identificación.
Los sistemas de pagos, siempre en constante evolución, buscan nuevas soluciones que permitan identificarse sin necesidad de utilizar el número PIN, sino a través de otros métodos mucho más difíciles de copiar o simular por posibles defraudadores.
Si lo piensas, el PIN cuenta con cuatro números y con un límite concreto de combinaciones. Ello supone que pueda vulnerarse con un programa informático.
Así, se ha desarrollado el uso de la biometría como una opción perfecta para identificarse en pagos, reduciendo al máximo las posibilidades de fraude, puesto que consiste en el uso, como método de verificación, de la huella dactilar o el reconocimiento facial o del iris de los ojos, elementos que son prácticamente imposibles de replicar, lo que ha provocado que la mayoría de los bancos estén ya trabajando con esta tecnología.
Es bastante probable que ya lo estés empleando. Funciona gracias a la tecnología NFC, comunicación de campo cercano, y basta con acercar tu teléfono al TPV para pagar la compra. Y validas la compra en tu propio dispositivo móvil, sin necesidad de tocar el TPV.
Para ello, habrás tenido que registrar primero tu tarjeta en un wallet o aplicación de pago, sea de tu banco, o bien en los llamados XPays (Apple, Google o Samsung Pay).
Esta forma de pago se suele combinar con la biometría, cuando el método de identificación que tenemos en nuestro dispositivo móvil es biométrico, como la huella o el reconocimiento facial.
Ahora ya sabes qué es el PIN y para qué sirve. Nos seguirá acompañando durante algún tiempo, aunque conviviendo con otras formas de identificación. Habrá que ver si estas nuevas alternativas consiguen, o no, eliminar este código definitivamente.