Hay momentos en la vida en los que surge una oportunidad y no siempre tenemos liquidez para poder ponerla en marcha. O aparece un gasto imprevisto que hay que solventar y, como no lo esperábamos, nos pilla sin saldo en cuenta. En estas situaciones, pedir financiación puede ser la solución para aprovechar el momento o afrontar ese gasto. Te contamos cuáles son los principales motivos para financiarse y qué hay que valorar para elegir la mejor opción.
Estos dos últimos años has pasado más tiempo en tu casa y quizá te hayas dado cuenta de que puede necesitar alguna mejora. O simplemente quieres cambiar la decoración y has decidido comprar muebles nuevos.
Para este tipo de cambios, aunque suele ofrecer financiación el propio establecimiento donde se hace la compra o se gestiona la reforma, hay que valorar muy bien siempre el coste de las operaciones y comparar entre diferentes opciones. Hay que recordar que en toda financiación es importante conocer la TAE o Tasa Anual Equivalente, porque recoge el coste efectivo que tiene la operación, no solo por el tipo de interés a pagar, sino teniendo en cuenta también las comisiones. A veces, la financiación que ofrecen tiene un tipo de interés del 0% pero una comisión inicial: dependiendo del importe de esa comisión, el coste se puede disparar
Por eso es bueno conocer la TAE y comparar entre diferentes opciones: eligiendo la de TAE inferior estarás optando por la más económica, aunque el tipo de interés (TIN) pueda ser superior. Aunque también es importante fijarse en la cantidad de trámites que hay que realizar para tener la financiación y pensar si estás dispuesto a asumir un coste ligeramente superior a cambio de obtener la financiación de forma más rápida y fácil.
Cambiar de coche también suele suponer un importante desembolso y, en ocasiones, no se tiene esa cantidad en la cuenta corriente, por lo que se hace necesaria solicitar financiación. Los propios concesionarios suelen ofrecerla, además de las entidades financieras. Igual que en el caso anterior, habrá que comparar bien entre las TAE de las diferentes propuestas que tengamos, porque en ellas están incluidos todos los costes.
En este momento, el mercado de coches de ocasión está en alza y en esta situación, si la compra es a un particular, se puede también acudir a una entidad financiera a solicitar un préstamo para la compra. Habitualmente, además de los préstamos preconcedidos, suelen tener otras modalidades específicas para la compra de vehículos.
Por último, en el momento de pensar en cambiar de coche también es interesante que se valore la alternativa del renting: cada vez más personas eligen esta opción, que permite disfrutar de coche nuevo por una cuota mensual que puede incluir todos los gastos, impuestos y mantenimiento, salvo el carburante.
Si te estás planteando empezar un negocio propio, seguramente al principio tendrás que hacer frente a gastos de cierta importancia. Infórmate bien si existe algún tipo de ayuda o subvención para iniciar la actividad correspondiente, porque muchas veces pueden echarte una mano en los comienzos.
Independientemente de eso, valora también la posibilidad de solicitar un préstamo para este fin. Las entidades financieras tienen diferentes fórmulas para financiar las múltiples necesidades de un negocio, tanto si es una actividad profesional, empresarial o se trata de un comercio.
Invertir en formación, nuestra o de nuestros hijos, es importante en un entorno laboral tan competitivo como el actual. Pero este tipo de cursos suponen también un coste elevado, susceptible de ser financiado. Algunas entidades financieras tienen préstamos especiales para este tipo de operaciones. Consulta en la tuya para saber si puedes contar con esta opción para financiar la realización de un máster, carrera universitaria u otro tipo de formación.
Aunque la mayor parte de intervenciones y tratamientos en España se realizan en la Seguridad Social, hay una serie de excepciones que suponen un importante desembolso por parte del ciudadano, que también pueden ser financiados. Tratamientos dentales, de cirugía plástica y estéticos, por ejemplo, podrían entrar en esa tipología. Cada vez son más habituales y también pueden ser un motivo para plantearse pedir un préstamo para pagarlos.
La luna de miel, bodas de plata… puede haber mil motivos por las que hacer un viaje de ensueño. Y más ahora, cuando el Covid no nos ha dejado viajar libremente durante tanto tiempo. Si tienes ganas de hacer un viaje muy especial y no tienes suficiente liquidez, pregunta en tu banco: infórmate de las condiciones de los préstamos automáticos, si es el caso, o busca otro tipo de financiación para darte esas vacaciones que mereces.
En definitiva, pueden surgir muchos momentos en los que sea muy útil pedir financiación. Cuando lleguen, hay que valorar muy bien entre las diferentes alternativas y elegir la que permita hacer frente después a las cuotas del préstamo de la mejor forma posible.