Sigue la evolución de los mercados financieros.
Los flujos empiezan a apoderarse del mercado. A pesar de los problemas políticos en Francia y en Corea del Sur tanto los mercados de renta variable como los de renta fija avanzan en estos primeros días de diciembre. El Kospi coreano cae menos de un 1% y el CAC 40 francés sube un 1,5%.
En un año alcista como este, los flujos de diciembre suelen favorecer a los ganadores; aunque esta semana son los índices europeos los que parecen ganar tracción. Al menos, han dejado de comportarse peor que los americanos.
En renta fija, los buenos datos de inflación de la semana pasada se siguen notando en la evolución de las curvas de la zona euro. Sin embargo, las probabilidades de que la bajada de tipos del BCE de la semana que viene sea de 50 p.b. parecen haberse reducido.
Por su parte, el Bitcoin ha roto esta madrugada la barrera de los 100.000 dólares.
El índice de confianza empresarial con más tradición en EE. UU., el ISM, muestra direcciones contrapuestas en noviembre para las dos partes principales de la economía americana. El dato del sector de manufacturas repunta casi dos puntos hasta 48,4, su mayor subida desde marzo. Los subíndices de nuevos pedidos, de empleo, de inventarios y de producción ayudan a esta subida; el de precios cae, aunque desde niveles elevados.
Por el contrario, el índice del sector servicios, cae casi 4 puntos, aunque hasta un nivel todavía robusto (52,1). El dato de octubre se había visto favorecido por la vuelta a la normalidad tras los huracanes y huelgas de septiembre. De hecho, el dato del PMI de servicios (otro indicador de confianza empresarial) rebota en noviembre hasta su mayor nivel desde marzo del 2022. Veremos quién tiene la razón.
De momento, los últimos datos macro publicados han hecho subir en 50 p. b. la estimación de la Reserva Federal de Atlanta para el crecimiento del 4º trimestre de la economía americana. Se sitúa en el 3,2%, claramente por encima del consenso de analistas que es del 2%, y en su nivel más alto en lo que llevamos de trimestre. De esos 50 p.b., 0,2% vienen de una mejora en la contribución estimada del consumo (2,3%); otros 0,2% de la de inversión; y 0,1% entre inventarios y gasto público.
El Banco Central Europeo se reúne este jueves, 12 de diciembre, para volver a bajar tipos por cuarta vez este año y por tercera vez consecutiva. El debate se centra en si lo hará en 25 p. b. o se atreverá a acelerar su ritmo a 50 p. b. Ya conoce los datos de inflación y los índices de confianza empresarial de noviembre, y los datos de empleo de octubre. Con estos en la mano, puede justificar ambos movimientos, pero el BCE nunca se ha caracterizado por su agresividad. Además, la debilidad de la moneda única debería hacerle optar por la prudencia. Nuestra apuesta es por 0,25%.
En concreto, el dato de precios de noviembre avanza claramente en la senda de desinflación. Aunque las tasas interanuales repuntan por el efecto base, el dato mensual desestacionalizado es negativo para la tasa subyacente, algo que no sucedía desde hace 12 meses. Sólo un muy mal dato de diciembre evitaría que la inflación subyacente acabe por debajo de las previsiones del BCE (2,9% Vs 2,7% interanual en noviembre y 2,5% acumulado en 11 meses). Por lo tanto, además de en su decisión de tipos, habrá que estar atentos a cómo los datos recientes han modificado el panorama que espera la autoridad monetaria para los próximos meses.
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