Especial mercados 18 de agosto

Sigue la evolución de los mercados financieros. 

Especial mercados 18 de agosto

All Time Hights

Japón marca máximos históricos esta semana y se une a EE. UU. que marca uno nuevo prácticamente cada semana. El evento más importante de la semana, el dato de IPC americano, se solventó sin sorpresas y los inversores entienden que, hasta Jackson Hole a finales de mes, el camino queda despejado.

Adicionalmente, en el aspecto geopolítico, el periodo de negociación comercial entre China y EE. UU. se vuelve a extender por 3 meses más; y en el de política monetaria, los comentarios de Bowman (gobernadora de la Fed) y Bessent (secretario del Tesoro) aumentan las expectativas de bajadas de tipos en septiembre.

En renta fija, las curvas europeas recuperan posiciones con respecta al cierre de la semana pasada, aunque sin un movimiento claro en el último mes. En EE. UU., el ruido macro y los movimientos en la Fed sí que colocan la curva en niveles mínimos de los últimos tres meses.

 

En el aspecto macro, Reino Unido publica un crecimiento del PIB del 2º trimestre por encima de lo esperado (1,2% anualizado) y, desde China sigue aumentando el flujo de noticias de racionalización de la capacidad, con el cierre de una mina de litio por parte del gigante de las baterías CATL.

De cara a la próxima semana, estaremos atentos al resultado de las conversaciones entre Trump y Putin, a los datos preliminares de las encuestas de confianza empresarial y a las actas de la última reunión de la Reserva Federal.

No news, Good news!

Un dato de inflación americana sin incidentes reseñables ha sido recibido positivamente por el mercado. La inflación general sube 2 décimas en julio y la subyacente, 3; en línea con lo esperado. En términos interanuales, la primera se queda en el 2,7% y la segunda repunta un 0,1% hasta el 3%.

 

La lectura para el deflactor del PIB que se publicará a finales de agosto, a falta de conocer el dato de precios de producción de esta semana, es que el dato subyacente no se desviará mucho del 0,3%. La tasa interanual, por lo tanto, se situará en el 2,9%, la cifra más alta desde febrero, pero por debajo todavía del temido y preanunciado 3%.

Con todo esto, las expectativas para un recorte de tipos en septiembre por parte de la Reserva Federal se sitúan por encima del 100%. Hasta entonces, se conocerá un nuevo informe de empleo y el dato de inflación de agosto. Y también será interesante saber si Stephen Miran, el candidato de Trump a nuevo gobernador llega a tiempo para la votación del día 17.

En el análisis por componentes, el repunte en el mes de la inflación subyacente responde a una aceleración en los precios de los servicios, en concreto en las tarifas aéreas. La inflación en bienes se mantiene en niveles de junio y, aunque crece algo más de un 1% en tasas interanuales, no se ven excesivas presiones a pesar de los aranceles.

¿Qué es la política de “anti-involución” de China?

Tras muchos años de apertura económica y reformas, China ha vuelto a caer recientemente en los errores del pasado. Su economía sigue creciendo, pero a través del aumento de producción de bienes que acaban siendo exportados a precios bajos. Involución, concretamente, se refiere a la dinámica en la que los productores compiten excesivamente en varios sectores, produciendo agresivos recortes de precios y reduciendo los retornos sobre el capital empleado. En este contexto, el deflactor del PIB chino ha sido negativo los últimos 9 trimestres.

No es un problema nuevo ni desconocido. Sin embargo, la narrativa de que hay que luchar contra este exceso de capacidad en muchas industrias se ha intensificado en el último mes y medio. Tres palancas se proponen para lograrlo: reforma del sistema fiscal, reconfiguración de los objetivos macro y cambios en los métodos de evaluación de los dirigentes.

Las tres tienen como objetivo que la atención cambie desde las medidas de producción hacia las de consumo (privado a poder ser) y bienestar social.

La última vez que China dirigió sus esfuerzos hacia este tipo de reformas fue en el trienio 2015-1018, para curar los excesos de inversión derivados de los estímulos tras la gran crisis financiera de 2008-2009. Funcionó, al menos parcialmente, pero tras el Covid-19 se volvió a caer en los mismos errores. Solucionarlo es ahora todavía más difícil ya que hay menos capacidad obsoleta, los nuevos sectores con sobrecapacidad están menos controlados por las empresas públicas y la situación económica de China y mundial es ahora más delicada.

Aun así, los esfuerzos de racionalización pueden favorecer a las empresas competidoras en sectores como el de placas solares, baterías eléctricas, refino, acero, cemento y productos químicos.

18 de agosto de 2025