Si te preocupa la tranquilidad de los tuyos, te interesa conocer las ventajas de tener un seguro de vida o un seguro de decesos. Estos seguros pueden ser incluso complementarios. Te explicamos cómo te protege cada uno.
Ante lo inevitable, planificar es clave. No puedes controlar lo que pasará cuando tú ya no estés, pero sí puedes asegurarte de que tus seres queridos contarán con el apoyo necesario. Un seguro de vida y un seguro de decesos pueden ser de gran ayuda. Te contamos cómo te protege cada uno.
La sociedad evoluciona y cada día son más las personas que encuentran en la previsión uno de los pilares de su bienestar. En un contexto socioeconómico en el que la incertidumbre se ha revelado como una molesta compañera con la que es preciso aprender a convivir, buscamos cada vez más anticiparnos y organizar determinadas cuestiones, para cuando se presenten situaciones de alto impacto emocional y/o económico.
Por este motivo, los seguros son fórmulas de protección que han experimentado un auge progresivo en los últimos años. Según un reciente estudio de Unespa, un 46% de los españoles tiene cubierto su sepelio a través de un seguro de decesos y que las aseguradoras gestionan más de 200.000 millones de euros de sus clientes a través de todo tipo de seguros de vida.
Pero, como sucede en casi todos los ámbitos, una buena decisión requiere conocer muy bien las diferentes opciones que ofrece el mercado, pues existe una amplia gama de productos y no todos ofrecen lo mismo ante un mismo suceso.
En este artículo vamos a detenernos en las diferencias existentes entre un seguro de vida y un seguro de decesos, porque ambas modalidades, que no son en absoluto excluyentes, prestan asistencia cuando se produce el fallecimiento del asegurado, pero lo hacen de forma distinta e incluso complementaria.
Estas son las principales preguntas que deberás hacerte si vas a contratar un seguro para proteger a quienes más te importan.
El seguro de vida proporciona un dinero (capital asegurado) a los beneficiarios, para que estos tengan un apoyo económico y puedan continuar con sus proyectos vitales, después de un suceso que, además de doloroso, suele ir acompañado de un fuerte quebranto económico. Además, el seguro de vida puede llevar incorporadas otras coberturas para hacer frente a otro tipo de imprevistos, como una invalidez o una enfermedad grave -tuya o incluso de tus hijos-. El seguro de vida, sin duda, les ayudará a estabilizar la estructura económica familiar seriamente dañada tras un fallecimiento.
El seguro de decesos es una prestación de servicios. Con él garantizas que tus seres queridos reciban asesoramiento y respaldo en un momento de difícil gestión emocional. Las entidades aseguradoras gestionan el servicio fúnebre, acompañando a tus familiares en ese delicado proceso y facilitando decisiones para las que nunca se está preparado. Algunos seguros, además de los gastos del sepelio, incorporan servicios que van un poco más allá. Se ocupan del traslado del fallecido -algunas entidades con cobertura mundial- o asumen los gastos de la gestoría que se encargará de los primeros trámites, como la obtención de determinados documentos oficiales o el borrado de la huella digital. Incluso, de forma anticipada, algunas aseguradoras asumen los gastos de gestión de tu proceso sucesorio, es decir, abonan parte de tu otorgamiento de testamento ante notario.
Con el seguro de vida puedes elegir el capital asegurado. Para fijar el importe y cuantificar adecuadamente la necesidad, habrás de contemplar, entre otras cuestiones, tus ingresos, tu pauta de gastos, las personas que dependen de ti, etc., de tal forma que puedas dimensionar el soporte que sería necesario para que tus seres queridos puedan continuar adelante.
Mediante el seguro de decesos, las entidades aseguradoras fijan una cantidad predeterminada (suma asegurada) sobre la cual diseñan un servicio fúnebre más o menos amplio en función de dicha cuantía. La suma asegurada en el seguro de decesos se establece según la localidad.
Con el seguro de vida, salvo que este garantice un préstamo, los beneficiarios pueden elegir a qué destinan el capital como, por ejemplo, continuar costeándose los estudios o contratar personal de apoyo para las obligaciones familiares que deben asumirse en solitario tras la desaparición de uno de los miembros.
El seguro de decesos tiene una suma asegurada prefijada, tanto en su importe como en su finalidad, no pudiendo destinarla a otros fines que no sean los gastos del sepelio. Es recomendable conocer qué tipo de servicios adicionales incorpora el seguro elegido, pues, como hemos comentado más arriba, algunas entidades abordan cuestiones interesantes y adaptadas a la época actual.
En definitiva, es necesario comparar la extensa oferta de seguros que dan cobertura ante el fallecimiento, pues un buen análisis previo de tus necesidades y de los productos que las satisfacen te llevarán a una toma de decisiones adecuada en algo tan relevante como es la protección y la tranquilidad de quienes más quieres.
Y, para terminar, un consejo extra. Ante cualquier tipo de seguro, no olvides profundizar en las coberturas y comparar más allá del precio, así evitarás llevarte sorpresas desagradables.