¿Por qué la renta fija tiene oscilaciones?

Lo primero es tener claro cuál es la diferencia entre los dos tipos de activos, variables y fijos. La renta variable se llama variable, no porque los precios fluctúen de una manera más volátil, sino porque en ningún momento podemos hacer con fiabilidad total un cuadro de flujos de caja, tanto en importe como en plazos, de las inversiones que realizamos hoy, por lo tanto, no podemos conocer la rentabilidad a priori. Sin embargo, la renta fija se llama fija porque sabemos los plazos e importes de los flujos de caja futuros. Los precios de la renta fija también fluctúan en el tiempo, pero los objetivos de rentabilidad están fijados desde el inicio, no así el camino hasta él.

Cuando compramos acciones, estamos comprando parte de la empresa y, aunque hacemos predicciones de la evolución del negocio futuro, no podemos saber ni los beneficios de la empresa, ni los dividendos que nos pagará. Cuando invertimos en renta fija lo que estamos haciendo es prestar dinero a una empresa o a entes públicos (CCAA, el Estado, ect.), conocemos y tenemos firmado los flujos, los plazos y condiciones en los que se nos devolverá el dinero y los intereses. El emisor tiene la obligación de pagar los intereses y devolver el principal.

¿Qué va a pasar en el futuro más cercano?

Los mercados financieros van a seguir viéndose afectados en el segundo semestre del año por cuatro factores:

• La desaceleración económica.
• La inflación y los movimientos de los bancos centrales para atajarla.
• Los resultados de las empresas.
• Los riesgos geopolíticos.

En función de la evolución de los mismos, surgirán en mayor medida oportunidades de inversión tanto en renta variable como en renta fija, que parte de la situación más atractiva de los últimos 10 años. Pero, para aprovechar esas oportunidades, no hay que dejarse llevar por los vaivenes del mercado sino seguir el objetivo marcado a medio y largo plazo para la inversión.