Cada vez son más los países que empiezan a tratar el virus como una enfermedad endémica y no como una pandemia, esto es, se están eliminando las restricciones al movimiento de las personas con lo que ello puede suponer para las actividades turísticas y de ocio, así como para evitar parones productivos.
La inflación seguirá en el punto de mira a la hora de calibrar los próximos movimientos de los bancos centrales. Hemos pasado a un mensaje claramente más tensionador de la política monetaria y los bonos empezarán a “caminar solos” después de tanto tiempo haciéndolo de “la mano” de los banqueros centrales. Eso sí, ellos seguirán pendientes de que no “corran por encima de sus posibilidades” (marcadas por los niveles de deuda).
La presentación de resultados continuará dando mensajes clave relativos a los efectos de la inflación sobre los márgenes de las compañías (capacidad de trasladar el incremento de coste al precio final), así como el efecto de ésta sobre el volumen de las ventas.
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