Ventajas del leasing financiero

El leasing conlleva muchas ventajas sobre todo para empresas o autónomos que están comenzando. A continuación te contamos cuáles son.

Este arrendamiento financiero es un alquiler con opción de compra que va a permitir no hacer grandes desembolsos de inicio para adquirir los bienes necesarios y poder empezar a hacer uso ellos a través de su arrendamiento.
La opción de compra al finalizar el contrato es muy interesante.
Cuando se realizan estas operaciones, existe la obligatoriedad por parte de los titulares del contrato de leasing de contratar un seguro de averías y responsabilidad civil para que en caso de daño o extravío de esos bienes el seguro pueda cubrir todas las incidencias ocasionadas.
Las operaciones de arrendamiento financiero se tramitan de forma mucho más rápida que las relacionadas con préstamos y se puede financiar hasta el 100% de la inversión.
Al realizar una inversión mediante leasing hay que tener en cuenta que el importe a solicitar a la compañía de leasing es menor que el que ha de solicitarse en el caso de un préstamo. Esto es debido a que la empresa de leasing soporta el IVA de la inversión, el cual repercute en las cuotas mensuales del leasing. Por ejemplo, si un bien tiene un valor de 10.000€ más 21% de IVA, en un préstamo vas a necesitar solicitar a tu banco 12.100€ para la compra mientras que, en el caso de contratarlo mediante leasing, solo serán 10.000€ y tu posición de riesgo ante el banco será menor.

El leasing evita que los activos de la empresa se queden obsoletos, porque si al finalizar el contrato no se desea adquirir el bien puede optarse fácilmente por otro más eficiente y avanzado. Algo que es muy importante cuando se está alquilando bienes relacionados con tecnología e informática.
Se produce un efecto de amortización acelerada.
Evita fuertes desembolsos iniciales de fondos propios para la adquisición de los bienes, lo que permite destinar estas cantidades a otras necesidades de la empresa.
Si al finalizar el contrato no se quiere comprar el bien no hay obligación de hacerlo ni penalización alguna. Por eso cuando concluya el contrato se puede no ejercer el derecho de compra y devolver el bien, renovar el contrato de arrendamiento o comprar el bien.