Importancia de la optimización de la financiación de circulante

En la actualidad, la financiación de la inversión en una empresa se considera capital, y ciertamente lo es, pero trasladado a la vida de la empresa, esta financiación se produce solo en momentos puntuales, cuando la empresa tiene un proyecto nuevo que realizar.

Por el contrario, la ventaja que se puede obtener con una adecuada financiación del circulante de la empresa es un beneficio diario.

Los cobros y pagos de clientes y proveedores son el día a día de cualquier empresa, pero además son una realidad cambiante. Acoplar estas necesidades recurrentes con el producto de riesgo más acorde para su financiación es una tarea diaria que requiere una flexibilidad de productos y de límites que permitan su optimización.

Productos tan utilizados como adeudos financiados Sepa, anticipo de facturas, confirming y por supuesto financiación de importaciones y exportaciones, han funcionado históricamente como departamentos estancos. Una entidad financiera puntera, además de ofrecer productos y servicios aislados, debería de apostar por soluciones integrales y adaptables a la realidad de cada empresa, tanto presente como futura.

En esta línea, la Póliza Multiproducto Ibercaja agrupa en un solo contrato los productos de riesgo de circulante de la empresa, simplificando el control de los límites disponibles en cada momento, permitiendo el ahorro de costes y dejando a su elección la inclusión del producto que mejor financie su necesidad.

Dotar de flexibilidad y agilidad a la empresa para obtener el flujo de tesorería necesario, supone que la entidad financiera ha de asumir que los productos financieros y su utilización han de depositarse en sus manos, es decir, debe de ser ésta quién decida en cada momento qué, cómo y cuándo utilizarlos, según sean su situación concreta en cada momento.

La posibilidad del cliente de elegir los diferentes productos a utilizar dentro de los límites concedidos, adaptándolos a las necesidades cambiantes y la posibilidad de incorporar y eliminar productos de forma ágil y rápida, permite aprovechar el límite de riesgo concedido, reduciendo al máximo los importes de financiación “ociosos”, dotando al producto de gran flexibilidad.

Además, la formalización de una única póliza ahorrará costes evitando intervenciones notariales innecesarias y recurrentes en el tiempo.